El más reciente reporte de Deloitte y la empresa de investigación sobre mercados Workplace Intelligence, publicado el pasado 15 de junio, mostró que casi el 70% de las personas con cargos ejecutivos consideran renunciar a sus trabajos por otros que les den mayor bienestar.
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Asimismo, el 56% de los consultados había renunciado a posiciones que sentían que les estaban afectando negativamente en sus vidas personales. De hecho, muchos están exigiendo que sus trabajos les permitan tener siete horas de sueño al día, además de poder tener tiempo de ocio con conocidos, la oportunidad de hacer ejercicio diario y un mínimo de 30 minutos para el almuerzo.
Ante los resultados, las empresas mencionadas decidieron realizar la encuesta a miembros de cargos ejecutivos en Estados Unidos, Australia, Reino Unido y Canadá. También a empleados de las empresas que lideraban.
En total, la muestra fue de 2.100 individuos que prestaron sus percepciones sobre el bienestar en espacios laborales.
La investigación mostró que el 81% de los ejecutivos priorizaba el bienestar personal por encima de avanzar y crecer en el plano profesional. No obstante, entre los empleados regulares solo el 56% expresaba un deseo similar.
Insatisfacción después de la pandemia
Mientras que un 97 % de gerentes estaban convencidos de que habían hecho acomodaciones adecuadas desde la pandemia por el covid-19, tan solo para el 56 % de los empleados los cambios efectuados durante la emergencia sanitaria fueron efectivos.
Las disparidades en la percepción de los trabajadores con respecto al bienestar en espacios profesionales es una tendencia que se mantiene. Por un lado, la dirección empresarial considera en un 88% que su comportamiento en pandemia fue ejemplar pues fortaleció el teletrabajo. Por otro lado, menos del 60% de los empleados en cargos inferiores concuerdan con esta afirmación.
De hecho, muchos defienden que desde la pandemia los horarios laborales se han intensificado y que las condiciones de estrés en espacios profesionales han aumentado significativamente.
Según otra encuesta de Deloitte, 4 de cada 10 profesionales están experimentando el síndrome del ‘burn out’. Esto implica, de acuerdo con Mapfre, que los trabajadores tienen estrés laboral de manera crónica y lo manifiestan en una fatiga física y mental, que no sólo afecta el rendimiento del empleado, sino que tiene consecuencias de salud y son propensos a generar altos niveles de ansiedad.
Asimismo, los profesionales han mostrado que están más ‘quemados’ que hace un año, en particular empleados que hacen parte de la Generación Z (47 %), trabajadores de la industria tecnológica (44 %) y las mujeres (43 %).
En el caso de personas que trabajan como independientes, un 70 % de los encuestados expresaron que están trabajando por más horas diarias de lo que lo hacían antes del inicio de la pandemia.
Uno de los autores de la investigación resaltó que actualmente los empleados están más preparados para renunciar a cualquier trabajo que les resulte insatisfactorio. Incluso cuando los beneficios contractuales son buenos, un ambiente laboral tóxico es priorizado para alejar a los trabajadores.
“Un único indicio de toxicidad los saca corriendo. Tal vez lo habrían aguantado hace unos años, pero posterior a la pandemia no lo dejan pasar”, explicaron los autores del estudio.
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A pesar de esto, son los que ocupan cargos directivos quienes tienden a renunciar más menudo, y de acuerdo al estudio de Deloitte, esto se debe a que tienen mayor seguridad financiera para correr el riesgo de estar desempleados mientras encuentran un trabajo que se ajuste a las condiciones de bienestar que desean.
Asimismo, señalan que los empleadores piden que haya más capacitaciones para la adecuada protección y mantenimiento del bienestar de los empleados en entornos laborales.
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