A lo largo de los últimos años, Reino Unido se ha propuesto una serie de objetivos ambiciosos en tres campos concretos, con el reto de hacer frente a las transformaciones que estamos viviendo en nuestras sociedades. De esta manera, la sostenibilidad, la ecología y la tecnología se posicionan como los ámbitos de actuación más importantes por parte de la administración pública, marcándose objetivos a medio plazo que han generado muchas expectativas.
Por un lado, existe una clara intención para proteger la biodiversidad de la región, por lo que existe un firme compromiso para proteger hasta el 30 % de la geografía británica para 2030. Eso supone unas 400 mil hectáreas de superficie adicionales, ya que en la actualidad esta extensión tan solo se limita a un 8 % del total del país. Asimismo, se está impulsando la colaboración con Escocia, Gales e Irlanda del Norte, para desarrollar estrategias transversales de las que participen todos los sectores sociales.
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Gracias a ello, Reino Unido ha sorprendido con unas metas ambiciosas en comparación con otros Estados aledaños, asentándose como uno de los países más ecológicos del planeta en la actualidad. Este tipo de iniciativas encajan perfectamente con la preocupación de los británicos por la crisis climática, que se posiciona como el tercer problema más urgente según la empresa YouGov (multinacional británica especializada en la investigación de mercados y el análisis de datos).
Por lo tanto, los retos basados en la sostenibilidad se complementan perfectamente con los compromisos ecológicos, que pasan irremediablemente por reducir al máximo el uso de plásticos desechables y los microplásticos. Además, otra de las estrategias que más han llamado la atención es el hecho de tasar sus hábitats naturales, con la idea de medir económicamente las repercusiones de la contaminación en ellas y poder sancionar aquellos comportamientos más dañinos con el medio ambiente.
La tecnología se ha asentado como un factor fundamental para cualquier sector económico por sus ventajas competitivas
Finalmente, el último gran reto de Reino Unido tiene que ver con la tecnología, que se convierte en el vehículo fundamental para afrontar el resto de grandes objetivos. De hecho, Internet y las innovaciones informáticas se han posicionado como un activo fundamental para cualquier país, ya que permiten impulsar cualquier sector económico en un mercado cada vez más globalizado e interconectado. Sin embargo, la aclimatación a Internet por parte de los países está siendo bastante dispar, aunque los británicos han dado pasos en la buena dirección y también es un referente en este ámbito.
Uno de los ejemplos que mejor corroboran este proceso tiene que ver con la penetración de las compañías digitales en la sociedad británica, destacando sectores como las plataformas de streaming, el comercio electrónico o el eGaming. Así, estas compañías han sido capaces de multiplicar su número de usuarios en los últimos años gracias a unas estrategias que pasan por aumentar la inversión y la presencia en el ámbito digital.
De este modo, casos como las pruebas gratuitas de Netflix, los descuentos flash de Amazon Prime o los bonos de casino sin depósito, se convierten en iniciativas que tienen una gran acogida por parte de los clientes. Por consiguiente, este tipo de sectores cuentan con la ventaja competitiva de ofrecer la posibilidad de registrarte y disfrutar del servicio sin coste ninguno, durante un tiempo limitado. Esto les permite llegar a nuevos perfiles de usuarios, al mismo tiempo que las posibilidades de penetración en el mercado aumentan gracias a la reducción de la brecha digital y la democratización de acceso a Internet, que permite la llegada constante de nuevos internautas.
Dar pasos en la buena dirección, la única estrategia posible ante una transformación global a la que no se le puede echar el freno
Por último, merece la pena señalar que este tipo de retos que ha asumido Reino Unido son el único camino posible hacia el progreso social y económico, debido a que la tecnología es una herramienta fundamental para que podamos seguir creciendo sin un coste natural desorbitado. Así, se espera que los británicos sigan ganando peso en estos tres campos, reafirmándose como una de las grandes potencias del siglo XXI, ya que la transformación global que estamos viviendo no va a detenerse.
