Pacífico. Se calcula que en este sector del Anchicayá hay entre cuatro y doce máquinas pesadas. Ayer, una de ellas se internaba en esta zona, donde el acceso presenta muchas complicaciones.
A la intensa explotación minera que se concentra en las orillas del río Dagua, a la altura del corregimiento de Zaragoza, ahora se suma la actividad en la cuenca del Anchicayá, entre el corregimiento de San Marcos y las veredas Guaimía y Limones.
Se estima que en la zona hay entre cuatro y doce retroexcavadoras.
La situación no es nueva, aseguran los pobladores de esta sector. Según los líderes comunales, esto se presenta desde hace unos tres meses y ha pasado inadvertido debido a las dificultades que hay para acceder al sector.
Silvano Caicedo, líder de las comunidades de esta área, dijo que doce máquinas de ese tipo están explotando de manera “inmisericorde” la cuenca, que también desemboca a la bahía de Buenaventura.
Sin embargo, otras versiones de dirigentes de consejos comunitarios del sector precisan que hay seis retroexcavadoras y que, por lo menos, dos comenzaron a salir de la zona debido a que sus propietarios no han tenido buenos resultados económicos.
“Ellos estaban ‘catiando’ la existencia de oro en el sector, pero no podemos hablar de una explotación similar a la que se registra en el Zaragoza”, señaló Luis Alfonso Angulo, líder de San Marcos, un corregimiento ubicado sobre la antigua Vía al Mar, a 90 minutos del casco urbano de Buenaventura.
Por su parte, Éver Angulo, vocero de la vereda Guaimía, muy cerca de San Marcos, manifestó que sólo hay cuatro retroexcavadoras: dos en Guaimía y Limones (otra vereda cercana, sobre el río) y dos en San Marcos.
“En Aguaclara el Ejército prohibió el ingreso de una de ellas”, destacó el señor Angulo.
Entre tanto, el secretario de Gobierno del Puerto, Henry Moreno, dijo que la Administración Municipal desconoce la situación, pero que le comunicará tales denuncias al Mandatario local.
El País visitó este sector del río Anchicayá y pudo constatar que si bien dos de las retroexcavadoras estaban preparándose para abandonar la zona, ayer en horas de la tarde ingresó una pesada retro que pasó el puente de Zabaletas rumbó al río.
La cuenca hidrográfica del río Anchicayá se caracteriza, como todas las cuencas del Pacífico, por su alta biodiversidad y por ser un pulmón verde de la región. El río Anchicayá tiene un lío jurídico con la Epsa por la contaminación de sedimentos producto del mantenimiento de la central hidroeléctrica.
“Hay que tener en cuenta que la gente de estas veredas y corregimientos no tiene ingresos económicos adecuados y con estas actividades de la minería ven una oportunidad de conseguir algunos recursos. Antes que juzgar se debe tener en cuenta la situación social de la gente de la carretera Simón Bolívar, abandonada por el Estado”, expresó Angulo.
Se estima que por lo menos unas 150 personas están dedicadas al barequeo en el río Anchicayá.
Hay mucho temor entre los habitantes del sector de denunciar esta situación, que podría convertir al río Anchicayá en otro Zaragoza, pues hay presiones económicas de los dueños de las minas, quienes incluso controlan el paso de las personas que desean acceder a estos territorios.
En esta zona impera, además, un clima de tensión, pues allí hacen presencia distintos actores armados ilegales. Con El Pais
