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miopía sin tratamiento – CIPER Chile

por Redacción BL
miopía sin tratamiento – CIPER Chile

El presupuesto de Ciencia, Tecnología e Innovación registra este año la caída más grande de la última década. “Es como si hubiésemos retrocedido siete años”, sostienen los autores. El costo de esta desinversión es enorme, pues se pierde una oportunidad de “replantear nuestro crecimiento hacia uno verdaderamente verde y sostenible”.

El estallido social, el prospecto de un nuevo pacto de sociedad y la pandemia de COVID-19 son momentos críticos que abren la posibilidad de repensar en serio nuestro desarrollo. Una de las avenidas que se ha discutido en diversos círculos es cómo replantear nuestro crecimiento hacia uno verdaderamente verde y sostenible. Aun cuando no existe mayor disenso con este postulado, para hacerlo efectivo se necesita invertir en ciencia, tecnología e innovación (CTI). Se requieren acuerdos transversales que vayan más allá de declaraciones. Esto es, recursos para que los sueños de largo plazo se traduzcan en acciones concretas. En este ámbito, el contexto actual podría haber marcado un punto de quiebre e iniciar un proceso de expansión en la inversión en CTI. Sin embargo, el gobierno optó por hacer exactamente lo contrario.

Aprovechar las crisis como oportunidad de cambio fue el camino que Finlandia aplicó a principios de los 90, luego de una severa crisis desencadenada por el fin de la Unión Soviética, de la cual dependía fuertemente, apostando por la innovación como estrategia de desarrollo. En la actualidad, países como Holanda y Dinamarca, y ciudades como París están aprovechando la situación actual para repensar sus ciudades, desde una lógica de sustentabilidad.

Cambiar nuestra forma de crecer requiere de innovar desde lo público y lo privado, invertir en crear y expandir el conocimiento por medio de la Investigación y Desarrollo, generar, transferir y adoptar tecnologías. En fin, requiere que el sector público disponga de una compleja red de instrumentos, señalizando al sector privado de que habrá apoyo, recursos y compromisos hacia adelante. La inversión en CTI es un elemento central de esto. Es por esto que vemos con especial preocupación la importante reducción del esfuerzo público en esta área para 2021.

Históricamente en Chile se ha sub-invertido en CTI, pero el proyecto de ley de presupuestos para el año 2021 nos hace retroceder siete años (ver gráfico 1). Es de una magnitud similar al del año 2014, incluso menor si lo comparamos como proporción del gasto total (gráfico 2). En términos porcentuales, el presupuesto en CTI está cayendo en términos reales 9,2% con respecto a 2020. Peor aún, comparado con 2018, el esfuerzo público ha tenido la peor caída desde que existe política de innovación: casi 18% real. Para poner esto en perspectiva: durante el primer gobierno de Piñera el presupuesto aumentó en un 10,9%, luego en el segundo gobierno de Bachelet continuó la tendencia, aumentando un 21,8%. Pese a esto, el presupuesto en CTI es una proporción baja del gasto público, ¡pero con el proyecto de ley para el año 2021 tendríamos la menor dedicación al menos desde 2007! Los siguientes gráficos muestran esto en detalle:

Gráfico 1: Presupuesto público CTI (en millones de pesos 2020)

Fuente: elaboración propia en base a leyes de presupuesto.

Gráfico 2: Presupuesto CTI como porcentaje del presupuesto público total

Fuente: elaboración propia en base a leyes de presupuesto.

En los gráficos 3 y 4 se puede observar que la caída en los recursos para CTI desde 2018 va mucho más allá de Becas Chile (en la categoría de “capacidades”). Los recursos para la innovación, si bien muestran un leve aumento para 2021, han tenido una disminución de un 43% entre el 2018 y el proyecto 2021. Más aún, en comparación al año 2018, hay una caída en todas las categorías mencionadas anteriormente. En I+D se está invirtiendo un 2% menos respecto al comienzo de la presente administración; y las otras categorías muestran recortes presupuestarios de más de dos dígitos. En transferencia tecnológica un 38% menos. En emprendimiento, donde se esperaría mayor énfasis de este gobierno, vemos una caída de un 21%.

Gráfico 3: Evolución presupuesto en áreas relacionadas con innovación y transferencia (base 2010=100)

Fuente: elaboración propia en base a leyes de presupuesto y Balbontín, Roeschmann y Zahler (2018).

Gráfico 4: Evolución presupuesto en áreas relacionadas con ciencia, capital humano e institucionalidad (base 2010=100)

Fuente: elaboración propia en base a leyes de presupuesto y Balbontín, Roeschmann y Zahler (2018).

EL COSTO DE DESINVERTIR EN CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN

El gobierno ha declarado que esto es un tema temporal, y que el presupuesto (del MINCTCI) no ha disminuido. Pero esta es una mirada a nuestro juicio miope. Como el ministro y el gobierno seguramente saben, el MINCTCI es parte de un sistema público que invierte en CTI y que es mayor que dicho ministerio. Este incluye al Ministerio de Economía (CORFO, INAPI), Educación, Agricultura (INIA, FIA, INFOR, CIREN), Segpres (Goblab) y varios otros ministerios con programas que apoyan ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento. De hecho, el MINCTCI tiene en su misión coordinar y acordar una política de CTI con algunos de estos ministerios. Es de esperar que se abogue por los recursos de este sistema y no simplemente transferir líneas presupuestarias hacia MINCTCI.

El costo de la decisión de desinvertir en CTI va a ser enorme, particularmente porque recuperar esta inversión es muy difícil. Es un área lamentablemente de poco peso político y estratégico, aun cuando es un elemento clave de la productividad futura del país. Creemos que reorientar gasto hacia esta área va a ser muy complicado dadas las urgencias de corto plazo. Más aun, desde que se tiene registro, se ha enfatizado en la baja inversión que hace Chile en CTI, pero más allá de cambios de tendencia en el crecimiento, no ha existido un compromiso de inversión significativo de largo plazo.

¿Qué hacer? Lo primero es transparentar esta situación y ocupar esta triste coyuntura para discutir el rol de la CTI para el futuro del desarrollo de Chile. Eso no ha ocurrido. El debate, cuando existe, se ha centrado en conceptos malentendidos de política industrial. Ya sea para explotar las ventajas comparativas existentes o desarrollar nuevas, se necesita de un apoyo público en CTI. Proponemos realizar esta discusión desde la CTI, pero requiere un compromiso político y de recursos que nos lleven a resultados de largo plazo, con compromisos que no se quiebren ante una crisis o gobierno de turno que no crea en la innovación.

Hoy estamos discutiendo cómo transitar hacia un crecimiento realmente verde y sostenible. El proceso constitucional de los próximos años además abrirá la discusión para pensar el rol del conocimiento en todo el quehacer público. Generar estos nuevos caminos requiere de abrir conversaciones de largo plazo, plantear estrategias, construir miradas comunes y mostrar un compromiso desde el punto de vista político y financiero para resolver nuestros desafíos como país. Si Chile no se adapta, creando masa crítica, potenciando capacidades empresariales, impulsando la innovación y con una inversión relevante para la economía, será una gran oportunidad perdida para nuestro desarrollo.

El detalle de los datos presupuestarios se encuentra en el siguiente link.

Este artículo es parte del proyecto CIPER/Académico, una iniciativa de CIPER que busca ser un puente entre la academia y el debate público, cumpliendo con uno de los objetivos fundacionales que inspiran a nuestro medio.

CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica.

Hasta el momento, CIPER Académico recibe aportes de seis centros de estudios: el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), el Instituto Milenio Fundamentos de los Datos (IMFD), el Centro de Investigación en Comunicación, Literatura y Observación Social (CICLOS) de la Universidad Diego Portales, el Observatorio del Gasto Fiscal y el Instituto Milenio para la Investigación de la Depresión (MIDAP). Estos aportes no condicionan la libertad editorial de CIPER.

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