La guerra estalló en Sudán hace un año entre el ejército sudanés (SAF) y las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF), creando la mayor crisis de desplazamiento del mundo.
Al-Fashir es la última ciudad importante de la vasta región occidental de Darfur que no está bajo control de las RSF. Las RSF y sus aliados arrasaron otras cuatro capitales de estados de Darfur el año pasado y fueron culpados de una campaña de asesinatos por motivos étnicos contra grupos no árabes y otros abusos en Darfur occidental.
“Un ataque a la ciudad tendría consecuencias devastadoras para la población civil. Esta escalada de tensiones se produce en una zona que ya está al borde de la hambruna”, afirmó el portavoz.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, vuelve a pedir a todas las partes que se abstengan de luchar en la zona de Al Fashir, dijo el portavoz, añadiendo que su enviado a Sudán, Ramtane Lamamra, estaba trabajando para reducir las tensiones.
La lucha por Al Fashir, un centro histórico de poder, podría ser más prolongada, inflamar las tensiones étnicas que surgieron en el conflicto de principios de la década de 2000 en la región y extenderse a través de la frontera de Sudán con Chad, dicen residentes, agencias de ayuda y analistas.
Estados Unidos pidió el miércoles a todas las fuerzas armadas en Sudán que cesen inmediatamente los ataques en al-Fashir.
Altos funcionarios de la ONU advirtieron al Consejo de Seguridad la semana pasada que unas 800.000 personas en Al Fashir estaban en “peligro extremo e inmediato” a medida que avanzaba el empeoramiento de la violencia y amenazaba con “desatar sangrientos conflictos intercomunales en todo Darfur”.
La ONU ha dicho que casi 25 millones de personas, la mitad de la población de Sudán, necesitan ayuda y unos 8 millones han huido de sus hogares.
Una autoridad mundial en materia de seguridad alimentaria respaldada por la ONU ha dicho que se necesitan medidas inmediatas para “prevenir una muerte generalizada y el colapso total de los medios de vida y evitar una crisis de hambre catastrófica en Sudán”.
