El coronavirus supondrá un antes y un después para multitud de tecnologías que, pese a estar infravaloradas antes de la pandemia, han demostrado resultar de gran utilidad para la humanidad en momentos de urgencia como los actuales.
Entre las tecnologías que han salido reforzadas nos encontramos con la impresión 3D, que empodera al usuario al permitirle crear cualquier objeto sólido sin apenas invertir dinero, o con la Inteligencia Artificial, que permite analizar inmensas cantidades de datos en apenas segundos o en tiempo real.
Sin embargo, también hay tecnologías antiguas que van a tener un papel importante en la nueva normalidad de España, como ocurre con los códigos QR. Os contamos qué son, cómo funcionan y por qué pueden resultar de gran utilidad en la era post coronavirus.
La historia de los códigos QR
Los códigos QR son, en definitiva, la evolución digital del tradicional código de barras. Su estructura está compuesta por una matriz bidimensional de módulos de dos colores contrastados, generalmente blancos y negros. Éstos presentan tres cuadrados en las esquinas que permiten detectar la posición del código al lector. Dichos códigos almacenan información (como sitios web o aplicaciones) a la que se tiene acceso al escanearlos mediante una cámara con un software específico.
Pese a que existen invenciones similares mucho más antiguas, el código QR tal y como lo conocemos a día de hoy fue desarrollado en 1994 por Denso Wave, una firma japonesa subsidiaria de Toyota. En un principio, usaban estos códigos para registrar repuestos en el área de la fabricación de los vehículos.
No obstante, con la evolución en la telefonía móvil y la posibilidad de leer dichos códigos desde cualquier smarthphone, han demostrado ser de gran valor para fines muy variopintos: comercio electrónico, información en museos, publicidad y mucho más. Cualquier cosa que podáis imaginar, ya que al escanear un código QR éste puede redirigirnos a prácticamente cualquier aplicación o web de Internet.
Sin instalar nada
Los códigos QR se han convertido en todo un estándar mundial. Como muestra de ello, la mayoría de móviles nuevos, tanto Android como iPhone, integran en sus cámaras lectores de QR, por lo que normalmente ni siquiera hace falta instalar nada.
Si se trata de un smartphone Android normalmente basta con entrar en la cámara y apuntar hacia un código QR, aunque no todos los móviles con dicho sistema operativo lo hacen de manera automática. En ese caso, debemos bucear entre los ajustes de la cámara hasta encontrar el símbolo de Google Lens o uno relacionado con los códigos QR. Por otro lado, en los iPhone y otros dispositivos de Apple es una función incorporada en la cámara desde iOS 11.
Curiosamente, muchas personas desconocen este aspecto y terminan descargándose aplicaciones dedicadas exclusivamente a ello. De hecho, en el momento de escribir este artículo la aplicación «Lector de códigos QR y barras» se encuentra entre las más populares de la Play Store.
Códigos QR para la desescalada
Si bien es cierto que los códigos QR se vienen utilizando desde hace bastantes años, éstos también se convierten en una alternativa excepcional para afrontar la desescalada.
Con el fin de mantener la distancia social y evitar que se produzcan más contagios, son muchos los bares y restaurantes que están optando por digitalizar sus cartas empleando códigos QR. En este sentido, recientemente os hablábamos de Let’s Order, una firma española que facilita dicho proceso.
Te sientas en una mesa, abres la cámara del móvil y escaneas el código que te encontrarás en ella. Así podrás ver la carta, pedir la comida e incluso la cuenta sin tener ningún contacto con nadie.
Como es lógico, sistemas de este tipo pueden aplicarse a cualquier tipo de establecimiento que lo desee, los bares y restaurantes son solo los ejemplos más significativos. Además, crear un QR suele ser bastante económico y rápido, basta con surfear un rato por Google para toparse con multitud de empresas que se encargan de desarrollar QR según las necesidades de cada uno.
En Asia es bastante habitual el uso de los códigos QR en comercios de todo tipo desde hace años, con lo que la desescalada puede ser el impulso para que muchos terminen adoptando masivamente esta tecnología en su día a día.