Desde España, una de las regiones más afectadas por e coronavirus, y donde vive hace más de catorce años, Ramiro Blas habló con Teleshow sobre cómo se vive la cuarentena que allí es obligatoria desde el 15 de marzo y cómo pasa él sus días de aislamiento. Además, contó que tiene conocidos infectados con el virus.
“Tengo conocidos que lo tienen pero están tranquilos. El terror y la preocupación vienen de la mano del exceso de mala información. No hay peor cosa, o mejor para quienes quiere dominar, que sembrar terror y miedo, así no te permiten el libre pensar”, dijo el actor que interpreta al doctor Sandoval en la serie Vis a Vis.
Sobre sus conocidos que tienen o tuvieron el virus, dijo que algunos ya están bien y que la enfermedad se les presentó de manera leve, con síntomas como fiebre y desgano, como si fuera “una gripe leve” y que no necesitaron internación. ¿Lo asustó dicha situación? “No”, dijo contundente.
El artista, cuyo uno de sus últimos trabajos en la Argentina fue en la tira protagonizada por Sebastián Estevanez y Eleonora Wexler, Golpe al corazón, donde también hacía de médico, está pasando el aislamiento en su casa en Barcelona, solo: su hijo Valentino vive y trabaja en Londres, Bruno estaba de vacaciones en Filipinas y luego de quince días de cuarentena regresó a su hogar y el menor, Vitto, vive en la misma ciudad pero con su madre. Lo mismo ocurre con sus padres, que están a pocos minutos de su casa, pero no los puede ver.
A la hora de abastecerse de los productos necesarios para pasar la cuarentena, dijo que no encontró mayores inconvenientes. “Se consigue todo, salvo el alcohol, que no es una necesidad, hay que lavarse las manos con agua calliente y con jabón”, aconsejó.
Una buena forma para él de cuidarse en este momento, es no consumir demasiados medios: “No me informo y no quiero consumir nada que me alarme, tomo conciencia y trato de tomarme el tiempo para hacer un trabajo de introspección, de mejora, de producir lo que me hace falta producir. Tenemos el tiempo a nuestra disposición, como cuando tengo hambre, duermo cuando tengo sueño, medito, hago yoga o camino por mi casa, escribo, dibujo, pinto, lloro, río. Palpo mis emociones, sentimientos, los glorifico, fortifico y me nutro de lo que me hace bien”.
“La información hoy desinforma, tampoco miro ciertos mensajes de WhatsApp ni me interesa reírme, no creo en el comediante absurdo”, dijo y vio la luz en medio de la crisis: “Este es un momento para introspección, para sacar afuera eso que nos hace mal. La vida, el universo nos dan la una oportunidad para ponernos en un lugar muy elevado, ahora se acaban las mentiras, las excusas. Tantas cosas se nos ponen en pausa para que las veamos, tenemos que ponernos en un lugar de observador para ver esas cosas que no nos ayudan y que no nos dejan crecer. Si todos lo hiciéramos, sería pura maravilla todo lo que viene”, agregó.
Para él, se trata de un virus de diseño: “Fue hecho a la a medida para que desaparezcan nuestros abuelos, jubilados, que han aportado y hoy son un estorbo para cualquier estado, se quita del medio a quienes padecen una enfermedad o la han parecido porque se sabe que en el futuro serán candidatos a muchos gastos para mantenerlos con vida, se lleva a esos dos grandes grupos. Al resto no, no hay mejor cosa para este virus que meterlo en el cuerpo y que el organismo genere anticuerpos, porque es posible que estemos todos contagiados y no nos demos cuenta”.
Blas habló también en el ciclo Nosotros a la mañana donde contó que no transita estos días con miedo, pero sí con responsabilidad y cautela y agregó: “La muerte está siempre presente, es la única certeza que tenemos, pero esto es más allá de la pandemia”.
