Este jueves, la Comisión Séptima votó casi toda la reforma de la salud. A la bancada de Gobierno le funcionó la estrategia de ir agrupando los artículos por bloques e ir depurando aquellos que no tenían mayores polémicas. Fue apagando debates hasta que en la sesión de este jueves fueron pocas las discusiones álgidas.
(Lea: Reforma de la salud: los inconvenientes que está teniendo el proyecto).
Mientras que en las sesiones pasadas apenas se sacaron 24 artículos, en esta jornada se votaron positivamente 93 artículos. Apenas hubo 31 artículos con modificaciones, el resto se aprobaron sin cambios en su escritura, tal cual fueron radicados en la agenda que el Gobierno ya le había presentado a los partidos hace unas semanas. Ahora solo quedan 22 pendientes y los nuevos que avalen los ponentes. El debate ya está del otro lado.
En esta primera etapa de discusión, pocos fueron los debates. La mayoría los dio la oposición, encabezados por los representantes Andrés Forero y Juan Felipe Corzo, del Centro Democrático. También tuvo varias intervenciones del representante Jairo Humberto Cristo.
Bajo esa modalidad se fueron quitando sin mayor discusión las proposiciones que eran de eliminación. Asimismo, se fueron sacando aquellos textos que tenían proposiciones, pero que no eran avaladas por los ponentes. Hubo poca defensa a estos textos. Levemente la oposición cuestionó.
“Me preocupa que el debate va pasando, nos vamos quedando sin artículos y no se han aceptado ninguna proposición a los liberales, conservadores y la doctora Dilian. Cada vez esta reforma se está pareciendo más a la de la exministra Corcho«, dijo el representante Forero.
La primera parte de la discusión se limitó a pequeños parones para sacar algunos artículos que consideraban que debían debatirse por separado. Pero el resto de la sesión se gastaba en la lectura de las proposiciones que no se iban a aprobar. Cuando se votaban negativo las proposiciones, se procedía a leer nuevamente para aprobar los artículos que ya no tenían sugerencias de modificaciones.
El poco debate que había se disimulaba con la tensión ante la noticia de que el representante Alexander Quevedo, del Partido Conservador, que había votado siempre no al proyecto de reforma de la salud, iba a ser suspendido por su firma a la ponencia de la reforma laboral.
“Es una persecución peligrosa. Prácticamente, uno no podría tomar una decisión o hacer nada porque al parecer la veedora, sin los mayores argumentos, va abriendo investigación. Esto es temerario para uno. Eso fue una investigación directa de ella”, dijo Quevedo, que aprovechó la quietud del debate para hablar con la prensa.
Entre la lectura de proposiciones a rechazar y las votaciones de artículos a aprobar, se dio la intervención del director de la Adres, Félix León Martínez, y del ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. El primero respondió a los señalamientos de algunos representantes de oposición de que la Adres no iba a tener la infraestructura suficiente para asumir las labores que el articulado aprobado le iba asignando.
Martínez aceptó que actualmente podría ser que la Adres no tuviese la infraestructura para afrontar la concentración de las funciones como pagador, pero que las disposiciones del proyecto hacían los ajustes para cumplir con esta tarea.
Asimismo, respondió a los señalamientos de Andrés Forero de que había ayudado a “copiar” el sistema Colombia en República Dominicana y que incluso era socio de lo que sería una EPS allí. La cabeza de la Adres aceptó que fue un defensor de la privatización del sistema de salud, pero que ahora es su “enemigo más acérrimo”, tras darse cuenta de las “inequidades” que causa.
También habló Velasco en la sesión, aunque de forma muy breve. Este intervino para responder a un comentario del representante Forero, que hizo eco a versiones de supuestas diferencias entre el ministro del Interior y Laura Sarabia, la jefa de gabinete del gobierno Petro.
“La cizaña es todo lo que sirve de tropiezo para llegar a Dios, yo estoy muy grande para dejarme meter cizaña, doctor Mondragón”, dijo el ministro del Interior, que luego se refirió directamente a los rumores de diferencias en el gabinete. “Nosotros sabemos a dónde queremos llegar y por eso venimos esos debates. La jefa de gabinete y nosotros tenemos claros a dónde queremos llegar”, concluyó Velasco.
Las intervenciones de los ministros dieron paso a un nuevo bloque de proposiciones no avaladas. Sin embargo, en esta ocasión, hubo una mayor resistencia. El representante liberal Germán Rogelio Rozo defendió sus proposiciones, relacionadas con algunos temas de la Adres como pagador.
“Yo no entiendo por qué cuando el secretario lee las proposiciones hace silencio, todos se callan y comienzan a hablar cuando este lee las proposiciones, esto es importante”, dijo Agmeth Escaf, presidente de la comisión. Esto fue respondido con una broma por el representante Cristo: “entonces que lea en la mente para que no haya lío”. El salón rompió en risas. El comentario jocoso sirvió de distención para la Comisión.
Fue la votación más ajustada, 12 votos a favor y 8 en contra. Sin embargo, la balanza la inclinó la representante liberal María Eugenia Lopera -que mantuvo su posición contraria a la de buena parte de su partido-, la ausencia del conservador Alexander Quevedo -que tenía la orden de votar no- y los representantes de ‘la U’, cuyas proposiciones fueron acogidas en estos temas.
Después se pasó a un nuevo bloque de proposiciones avaladas. Cuando se pensaba que se iba a seguir de largo y aprobar todo el articulado, Escaf levantó la sesión semana y dejó la discusión final para la próxima semana.
EL TIEMPO – POLÍTICA