Al director técnico le fue instalado un neuroestimulador para mejorar su calidad de vida.
«Todo salió muy bien, estoy muy contento», fueron las primeras palabras que dijo Luis Fernando Montoya a su esposa, la terapeuta respiratoria y el sicólogo que le han acompañado durante su hospitalización hasta el próximo miércoles.
«Los médicos están muy contentos, fue muy satisfactoria la operación y no hubo necesidad de que estuviera en cuidados especiales y fue llevado directamente a la habitación», le dijo a EL TIEMPO Luis Alfonso Sosa, sicólogo de Montoya.
En la cirugía que comenzó hoy a las 6:30 a.m. y concluyó a las 12:40 p.m. al director técnico, le instalaron un neuroestimulador eléctrico que le ayude en el control de esfínteres.
Se trata de un aparato mediante el cual las personas con lesiones medulares pueden controlar la orina y las deposiciones, dándoles así una mejor calidad de vida.
Por ahora Montoya, también llamado ‘el campeón de la vida’, tendrá que dormir un poco de lado y retomará sus terapias de rutina el próximo lunes.
Al ex técnico del Once Caldas y campeón de la Copa Libertadores de América en el 2004 desde hace cinco años un disparo le destrozó la médula espinal que lo condenó a una cuadraplejía de por vida.
Desde junio del año pasado, Montoya ya puede respirar por sí solo, es decir, ya no está conectado al respirador artificial, ni mucho menos necesita el marcapasos diafragmático para sobrevivir.
