Decepcionado por el andar de su Mercedes, el heptacampeón del mundo no ocultó su fastidio tras la floja actuación en el GP de Malasia, que ganó Sebastian Vettel
Ni Michael Schumacher ni su compañero de equipo, Nico Rosberg, se mordieron la lengua tras el nuevo resbalón. "Tenemos que decir con claridad que somos demasiado lentos", admitió el alemán tras su discreto noveno lugar en la segunda carrera de la temporada 2011 de Fórmula 1.
"No fue un buen fin de semana para nosotros", se lamentó Rosberg, que terminó en decimosegundo lugar, a una vuelta del ganador, Sebastian Vettel.
El jefe deportivo de Mercedes, Norbert Haug, tampoco quiso suavizar la situación, aunque señaló que hubo una serie de aspectos positivos. El equipo "solucionó un montón de asuntos que normalmente no se presentan en una carrera". "Por ejemplo, hoy funcionaron sin problemas los alerones traseros y el sistema de recuperación de energía KERS, argumentó.
Schumacher y su escudería son conscientes de que Red Bull y McLaren corren en otra liga por la preparación de sus monoplaza. Pero la máxima preocupación es que también Ferrari y Lotus-Renault, quinto el año pasado, están sin duda muy lejos de su Performance. “No estamos donde queríamos estar. Esto es un hecho definitivo", sentenció el piloto de 41 años.
Mercedes, con un presupuesto estimado en unos 180 millones de euros (260 millones de dólares), alrededor de 100 millones menos que Red Bull y Ferrari, y con un equipo de ingenieros más pequeño, apenas está en condiciones de enfrentarse con éxito a sus rivales.
Antes de comenzar la temporada el objetivo declarado era luchar por la victoria. Ahora,con sólo dos puntos, Mercedes figura en el octavo lugar de la clasificación por equipos del Mundial. Mientras que Red Bull ya cuenta con 72 unidades.
