Una final que me llegué a imaginar hace varios meses, pero que veía improbable debido a toda la maquinaria que tenía el candidato salido de la coalición Equipo por Colombia. Con la derrota de Gutiérrez se produjo un terremoto político como nunca había sucedido. Por primera vez un candidato del establecimiento no pasaba a disputar la presidencia de la república.
Los finalistas en esta segunda vuelta, Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, se enfrentan para llegar al Palacio de Nariño, sede del Poder Ejecutivo de la nación. A Hernández se le ha sumado el Uribismo en pleno cuando Federico Gutiérrez adhirió a su candidatura en su discurso de derrota de primera vuelta. Lo mismo hicieron los conservadores y muchos clanes corruptos poderosos como los Char. El mismo Hernández ha dicho que en segunda vuelta recibiría adhesiones hasta de la misma “Virgen Santísima y todas las putas que vivan en el mismo barrio con ella”. De ese talante es el vocabulario de este señor que se ha convertido en la sensación precisamente por su desfachatada manera de hacer política. Populismo barato que fortalece con el cacareado discurso anticorrupción.
¿Es Rodolfo Hernández la persona adecuada para dirigir un país tan complicado como Colombia? ¿Tiene la preparación para ello? ¿Tiene, acaso, el perfil de un estadista que tiene en su cabeza los problemas del país y el conocimiento de la nación, cuando ni siquiera sabe qué es Vichada y dice que en la Guajira construirá un puerto para que lleguen los hombres más ricos del mundo?.
Del otro lado, Gustavo Petro es un exguerrillero del grupo Movimiento 19 de Abril M-19 que alguna vez se fue en contra del Estado. Épocas cuando las guerrillas tenían un ideal de lucha armada para lograr un cambio en la sociedad. Después de 16 años de irse en contra del establecimiento colombiano el M-19 se acogió a un acuerdo de paz que lo desmovilizó. El Eme entendió que la lucha no era armada sino debatiendo sus ideas en la legalidad, de ahí surgió la Alianza Democrática M-19. De eso se trata cuando un Estado negocia la paz con un grupo alzado en armas, darle la posibilidad a esas personas que debatan sus ideas en la política. Por eso no se entiende el miedo que se quiere generar con el pasado guerrillero de Gustavo Petro.
Por el contrario, para mí tiene mucho valor que hoy se esté disputando la presidencia alguien que perteneció a un grupo insurgente. Un hombre que como Petro supo pasar de la clandestinidad a la vida pública como un político debatiendo con ideas. Su pasado lo ha hecho ser un hombre con una inteligencia que nadie puede discutir. Su labor en el Congreso colombiano desde 1998 lo ha convertido en un estadista como pocos los hay en estos momentos. Su desempeño como Representante a la Cámara y Senador ha sido ejemplar y desde todos los sectores se reconoce el trabajo impecable que ha realizado. Sus investigaciones como Senador ayudó a desenmascarar esa cofradía macabra entre congresistas y grupos paramilitares.
Mi temor, la arrogancia de Gustavo Petro. Hace 4 años apoyé en primera vuelta con mi voto a Humberto de la Calle, precisamente por la arrogancia de Petro. En segunda vuelta di me voto por él porque valió más para mi el beneficio del país que mis temores por su personalidad. No entiendo a aquél compatriota que pasó junto a mi el pasado 28 de mayo cuando él salía del Consulado Colombiano de Nueva York y yo iba llegando a ejercer mi derecho al voto. Este señor hablaba por teléfono con alguien y le decía “Yo no sé qué ofrece Fico, pero tenía que votar en contra de Petro”. Nuestros temores y odios no nos pueden llevar a un voto emocional. Estamos viviendo en carne propia la elección de hace 4 años cuando por miedo la mayoría del país eligió al señalado por Uribe. No podemos ser tan egoístas con Colombia. Hay que pensar en el país primero por encima de nuestros miedos. Petro es un estadista que tiene a Colombia en su cabeza y conoce muy bien la nación y sus problemáticas. Es hora del Cambio y darle la oportunidad a una administración diferente del país. El cambio real es Gustavo Petro y será por él mi voto este 29 de junio.
