Contagiarse no hacía parte de la lista de preocupaciones de los pasajeros antes de la llegada del virus.
Ahora bien, la tímida reactivación económica del país ha llamado la atención sobre la movilidad como actividad necesaria para llevar a cabo las demás. ¿Cómo garantizar el desplazamiento de los ciudadanos sin comprometer su salud? Para responder a este desafío, los gobiernos cuentan con un aliado más que listo para entrar, o volver, a la cancha: las plataformas de movilidad.
Vivir en un mundo conectado a la nube hace que se normalicen ciertas acciones que antes eran impensables. Hoy, gracias a la tecnología, es posible solicitar un servicio de movilidad con la misma facilidad con la que chateamos por Whatsapp. Después de unos minutos de presionar «confirmar» —como por arte de magia— aparece un vehículo en la puerta del usuario. De esta manera, las plataformas tecnológicas transformaron la movilidad en las ciudades; sin embargo, aún seguimos descubriendo nuevos beneficios de estas aplicaciones.
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Por ejemplo, sirven como mecanismo de difusión y educación en salud; sus desarrollos tecnológicos permiten el reconocimiento facial con el fin de apoyar medidas de seguridad y verificación del uso del tapabocas, y un aspecto muy importante es la trazabilidad de los servicios, que facilita el seguimiento a la evolución de la pandemia e, incluso, puede establecer cercos epidemiológicos.
Un estudio recientemente publicado por la revista científica Science, en el que se utilizaron datos en tiempo real de movilidad de Wuhan para estudiar la propagación del virus en China, demostró que las estadísticas de movilidad ofrecían un registro preciso de la propagación a principios de 2020.
Al otro lado del planeta, la Universidad de Cornell realizó una investigación similar con el objetivo de proporcionar evidencia tangible de las tendencias de movilidad, comparando registros diarios de las variaciones sociodemográficas con respecto a la propagación pandémica. El estudio sugiere que las tendencias de movilidad corresponden con el mensaje del gobierno norteamericano de permanecer en casa.
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Lo anterior es un ejemplo de cómo los análisis basados en datos producidos en tiempo real permiten que los responsables de tomar decisiones implementen soluciones basadas en la evidencia. Los países que han demostrado una buena gestión frente a la emergencia tienen en común que utilizaron la tecnología para obtener más información y tomar mejores determinaciones.
El tratamiento y divulgación de estos datos se realiza con altos estándares de ciberseguridad por medio de su anonimización, que consiste en identificar y ocultar información sensible, respetando la Ley de Habeas Data.
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De igual manera, el término de «ciudad inteligente», utilizado para referirse a las metrópolis con sistemas interconectados para gestionar el transporte público y privado, entre otros, hoy es una tendencia global a la cual aspiran las nuevas generaciones de gestores urbanos. Las tendencias identificadas por las aplicaciones móviles serán fundamentales para alcanzar dicho objetivo. La urgencia de implementarlas radica en que nos enfrentamos a una pandemia que no permite margen de error en las decisiones de los gobernantes.
Así las cosas, la información en tiempo real, el distanciamiento social, los protocolos de bioseguridad y la oportunidad de avanzar hacia una gestión inteligente urbana hace de las plataformas de movilidad un aliado estratégico y necesario para reactivar la economía y cuidar la salud de los colombianos.
*Director de operaciones de DiDi en Colombia
Referencias bibliográficas:
