Redacción BL
Se dieron a conocer las conclusiones del informe de la consultora chilena Pöyry sobre la estabilidad del Proyecto Hidroeléctrico Ituango (Hidroituango) para su puesta en funcionamiento.
(Vea: EPM firmó convenios con 8 municipios para articular POT a Hidroituango).
Según el documento, Hidroituango es técnicamente recuperable, pero tiene varios puntos críticos.
“El proyecto es técnicamente recuperable, y su rehabilitación y puesta en marcha es la única alternativa para gestionar los peligros y riesgos correspondientes de una forma controlada. Un abandono no representa una solución valida y además factible con respecto a los riesgos involucrados”, aseguró Pöyry.
En su mayoría la recuperación es posible mediante técnicas convencionales de ingeniería y construcción
Dentro de los puntos críticos están la presa, el vertedero, el cuenco, las montañas aledañas y nuevos contratistas que no conozcan la realidad del proyecto.
Esto último hace referencia a la intención de Empresas Públicas de Medellín (EPM) de cambiar a los contratistas que llevan a cabo la obra, lo cual ocurriría este 2022.
(Vea: Hidroituango: cuánto dinero le han pagado a EPM por la contingencia).
En diciembre de 2021, se hizo oficial un acuerdo de prórroga que consiste en que el consorcio CCC Ituango estará al frente de las obras hasta el 31 de agosto del 2022. Entre septiembre, octubre y noviembre se realizará el empalme con el nuevo contratista.
Pöyry también afirmó que los daños sufridos por el proyecto generan «una mayor exposición a riesgos catastróficos en comparación con su diseño original«.
La casa de máquinas de Hidroituango, después de la emergencia que vivió la obra en 2018.
Archivo EL TIEMPO
«Un escenario peor constituye un daño progresivo del vertedero mismo, lo cual podría resultar en una pérdida total de la presa Hidroituango, con consecuencias catastróficas. Este riesgo existe y es elevado, debido a la operación continua y a la dificultad de ejecutar reparaciones mayores, sin contar con otro elemento para evacuar avenidas torrenciales. Este riesgo se reducirá progresivamente con cada nueva unidad de generación puesta en operación, lo cual permitirá bajar el nivel del embalse, sin solamente depender del vertedero”, complementó.
(Vea: Hidroituango: así es el acuerdo que se firmó y que ‘salvó’ al proyecto).
Para la consultora, el mayor riesgo del proyecto sería el aumento considerable del nivel del embalse por un deslizamiento en el valle del río Cauca.
Y sostuvo que la situación actual de Hidroituango ha cambiado con respecto a su diseño original, el cual contaba con vertedero, conductos para aguas turbinadas, un buen desarrollo para la descarga y la posibilidad de bajar el nivel del embalse.
«El panorama presente dista mucho del original, por lo menos hasta la puesta en marcha de las ocho unidades de generación (…) El hallazgo más problemático sería una posible rotura de la presa, la cual sería un evento catastrófico que se debe evitar de todas maneras”, manifestó.
Otros puntos críticos identificados fueron: daños en el muro de cemento-bentonita y en la losa del vertedero, taludes en el cuenco amortiguador y aumento del embalse por deslizamientos.
El informe de Pöyry es de 432 páginas y es un requisito de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) para levantar restricciones y que el proyecto pueda funcionar.
(Vea: Millonaria sanción a EPM por retrasos en la operación de Hidroituango).
En junio del 2018, la Anla, mediante la resolución 820, suspendió los trabajos de construcción, llenado y operación de Hidroituango, aunque permitió realizar obras de mitigación de riesgos.
En ese mismo documento la autoridad exigió el estudio de un perito experto que determinara la estabilidad de la obra y eso fue lo que hizo Pöyry.
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