Redacción BL
Con la oficialización del respaldo de la Organización Indígena ONIC a la candidatura de Gustavo Petro, el movimiento indígena logró, por primera vez en los últimos años, respaldar a un candidato a la Presidencia. Aunque la alianza ya venía cocinándose de tiempo atrás, cuando el partido indígena Mais avaló a candidatos que integraron la lista de la decencia de Petro, el respaldo le ayuda a capitalizar aún más su imagen de candidato de las minorías.
Esto es así porque las comunidades indígenas se sienten incluidas en las propuestas y discursos de Petro, según nos dijeron varios líderes indígenas de varias partes del país, en temas como la defensa del medio ambiente, la redistribución de la riqueza, la protección de la autonomía de los pueblos indígenas, de la Consulta Previa, o de priorizar la implementación de las políticas públicas (en caso de salir elegido) en zonas históricamente marginadas como el Pacífico.
Aunque estas propuestas también son cercanas a los líderes afro, a seis semanas de las elecciones, el voto de estas comunidades por Petro no es seguro, más aún cuando uno de sus representantes en las circunscripción afro, se fue con Vargas como revelamos acá.
Indígenas firmes
Esta campaña es diferente con los indígenas porque ahora sí, según nos dijeron seis líderes, un candidato los convence.
“Hace cuatro años invitaron a votar por (el presidente) Santos para que continuara el proceso de paz y porque era el menos malo, y no porque los convenciera el candidato», explicó Antonio Palechor, integrante del Cric.
«Ahora hay un trabajo cercano con Petro y se han dedicado a hacerle campaña en cada reunión, por redes, en todo momento”.
El apoyo se nota además en que la guardia indígena ha acompañado el esquema de seguridad de Petro en sus eventos públicos en Cauca y Valle.
Los indígenas son atractivos para cualquier candidato porque son un sector que vota disciplinado y muestra de eso es que los tres congresistas electos por circunscripción indígena fueron impulsados por las organizaciones de base.
Feliciano Valencia del Cauca, Abel David Jaramillo (que tiene sanción de la Procuraduría) de Caldas del Mais y Manuel Bitervo Palchucan de Aico en Nariño pusieron 66 mil votos entre todos para Senado y Cámara. Aparte, solo por los dos logos (Mais y Aico) votaron 63 mil personas.
Pero Mais y Onic no son las únicas organizaciones indígenas que apoyan a Petro. La Silla habló con otras tres organizaciones que además integran la Mesa Permanente de Concertación que es el espacio donde las organizaciones concertan con el Gobierno las políticas que los afectan y casi todos están con él.
Opiac que agrupa a 56 pueblos indígenas amazónicos en 162 resguardos en seis departamentos del sur del país, apoyan a Petro por su propuesta de energías limpias; también están con él las Autoridades Indígenas de Colombia (Aico) ,partido que integra 49 autoridades indígenas sobre todo en Nariño, y Gobierno Mayor, que agrupa a más de 600 autoridades indígenas en 14 departamentos.
Estos últimos están a la espera de reunirse con el candidato directamente para comprometerlo con peticiones específicas como, en el caso de Aico, cumplir con los acuerdos que actualmente tienen con el Gobierno en temas agropecuarios.
Según Palchucan, que es representante legal de Aico y senador electo, los gobernadores y comunidades indígenas de los pastos en Nariño están haciendo programas radiales exponiendo las propuestas de Petro, pintando murales en los pueblos y reuniones en las veredas.
Solo un grupo no estará con ningún candidato. Se trata de la Conferencia Indígena Tayrona (CIT), que agrupa a 40 mil arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, porque por recomendación de los mamos (autoridades indígenas de la Sierra Nevada) creen que deben continuar con el diálogo con cualquier Presidente y dejaron en libertad a los integrantes de la organización, según nos dijo un integrante la CIT.
Los afro, indecisos
Aunque es generalizada la afinidad de las organizaciones afros más grandes del país como el PCN, Aconc y líderes como Francia Márquez con Petro, las otras aún no se meten de lleno a la campaña porque, a diferencia de los indígenas, consideran que no ha habido un compromiso con las problemáticas de los afros y no son un movimiento tan cohesionado a nivel nacional.
Muestra de ello es que no lograron impulsar a candidatos de base para la circunscripción afro como Francia Márquez, que sacó 7 mil votos y ha sido opositora a la minería ilegal y de gran escala, o Ariel Palacios, de la organización Cnoa que sacó 1500 votos.
En el caso del Proceso de Comunidades Negras (PCN), que agrupa a 120 organizaciones de base entre consejos comunitarios y colectivos a nivel nacional y es una de las más grandes, ya tomaron la decisión a comienzos de este mes de apoyar a Petro pero no se han organizado para hacerle campaña de ninguna forma.
Marino Córdoba, fundador de la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados, Afrodes, que agrupa a 65 organizaciones de víctimas afrodescendientes de todo el país, nos dijo que siguen analizando las propuestas de todos los candidatos pero hasta ahora con el que tienen más afinidades es con Petro.
Aún no están haciendo campaña por él porque, según Córdoba, para que sus intereses estén representados por el candidato y hacerle campaña de frente debe haber afros en los equipos de trabajo. Por eso buscarán reunirse con Petro junto a otras organizaciones para hacerle esa propuesta.
“Sólo así lograremos ser una fuerza importante, si trabajamos en colectivo”, nos dijo Córdoba.
Lo mismo sucede con la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (Cnoa), que agrupa a que agrupa a 270 organizaciones de mujeres, jóvenes, desplazados, consejos comunitarios y organizaciones urbanas afro.
Emigdio Cuesta, que es el secretario ejecutivo, le dijo a la Silla que los afros tienen una agenda muy clara con temas como la consulta previa, el desarrollo con enfoque afro, que según él ningún candidato se la ha apropiado.
Cnoa seguirá buscando que los candidatos sienten su postura sobre lo afro y también hará parte de ese acercamiento con Petro para que los incluya dentro de su equipo de trabajo.
En el caso del Movimiento Nacional Cimarrón, uno de los fundadores de la organización social afro, no van a apoyar a ningún candidato, según nos dijo su director, Juan de Dios Mosquera, porque su objetivo no es participar en política. Eso sí, dijo que los más afines para ellos son Sergio Fajardo y Gustavo Petro por “no hacer parte del establecimiento (como ven que lo son De la Calle, Vargas y Duque) y los que podrían transformar el país”, según él.
A esta falta de unidad del movimiento que no hace de los afros un sector fuerte electoralmente se suma que el voto afro lo capitalizan maquinarias con trayectoria política como Neftalí Correa en Tumaco, Nilton Córdoba y los Sánchez Montes de Oca en Chocó, la gobernadora Dilian Francisca Toro en Buenaventura.
En el caso más reciente el triunfo del exdirector del Icbf del Valle, Jhon Arley Murillo, por la circunscripción afro que ganó a través de una estructura construida a los largo de diez años como funcionario público y su cercanía con la Gobernadora.
“Es claro que el voto afro es muy disperso y no ha logrado unificarse en torno a una agenda o temas afros para impulsar proyectos comunes, pero a eso hay que sumarle que hay maquinarias que tienen todos los recursos económicos para ganar las elecciones que nosotros no tenemos”, nos dijo Marino Córdoba, de Afrodes.
De todos modos, si bien en las legislativas la plata es un factor clave, en las presidenciales media más el voto de opinión.
De todas maneras con el apoyo indígena y parte de los afros haciendo campaña por él, Petro se quedó con la bandera de los movimientos sociales que rechazan al Establecimiento porque no se han sentido incluidos en él.
Fuente: La Silla Vacía / LAURA SOTO
