El obligado paso a la virtualidad del sistema educativo superior trajo nuevos desafíos que llevó a gestores, docentes y estudiantes a redoblar los esfuerzos. El aislamiento social, preventivo y obligatorio transformó los tiempos y modalidades de trabajo.
Rebeca Drozeski, docente del profesorado universitario de Humanidades, en diálogo con El Litoral, contó que si bien el dictado de esta oferta complementaria ya era de modalidad virtual, de igual manera se alteraron los modos de trabajo: “Extrañamos la riqueza del intercambio cotidiano con nuestros pares, el no poder ir a la oficina a discutir y concretar los acuerdos”, expresó.
Drozeski remarca que “el compromiso fue no renunciar al nivel académico, que siempre fue la prioridad”.
Por su parte la secretaria académica del Instituto de Ciencias Criminalísticas, Mónica Vargas, comenta: “La virtualidad puso al descubierto problemáticas de la educación superior, que se disimula en lo presencial: los distintos niveles de conectividad, de alcance tecnológico, los dispositivos a los que los estudiantes acceden. El esfuerzo realizado por estudiantes y docentes fue titánico”, reconoció Vargas.
Vargas aseguró que la adaptación está en proceso: “Costó en distinta medida entender las lógicas de la educación virtual, de pasar a una propuesta de emergencia a planificar la segunda mitad del año totalmente virtual, ya con más tranquilidad por la experiencia de estos primeros meses”, aseguró.
Darío Pajor, profesor de la carrera de Turismo, coincide en que: “Se cree que la pandemia inventó problemas, pero en realidad profundizó los que ya traíamos de antes: acceso a tecnologías para estudiantes y la capacitación para el manejo de las plataformas de estudiantes y docentes”.
Pajor relata: “El trabajo del cuatrimestre pasado fue una mezcla entre contener a estudiantes y diseñar nuevas estrategias”. El docente pone sus expectativas en revalorizar el papel docente y el rol de la universidad pública en responder a las demandas y emergencias sociales.
Susana Liwski, del gremio Codiunne, coincide en partir desde el reconocimiento: “El compromiso social universitario sostuvo a los docentes que tuvieron que autogestionarse los recursos y las herramientas”.
“En la pandemia los derechos de los docentes ni estudiantes se suspenden”, sostuvo Liwski. Cuenta que esta semana se abrieron las puertas del diálogo para paritarias docentes, donde se incluyó el debate sobre equipamiento, recursos y conectividad de los profesores: “Desde Codiunne aportamos con el lanzamiento del curso de capacitación en entornos virtuales de aprendizaje, que concluyeron exitosamente más de 300 profesores”.
La secretaria general académica de la Unne, Verónica Torres, declaró a este medio que este primer tramo del año: “Supuso esfuerzo y creatividad por parte de los docentes”. “Las carreras con instancias de prácticas que requieran presencialidad deberán esperar, pero se ha adaptado todo lo que la situación de emergencia nos ha permitido: desde abril el 95% de las materias ya estaban habilitadas en la plataforma de la Universidad, para lo que se abrieron más de 2.500 aulas virtuales.
Desde el Rectorado se destacaron los resultados satisfactorios obtenidos en el primer cuatrimestre: “Estamos trabajando en los datos provisorios que cada facultad nos va brindando, pero casi todos los índices se mantuvieron o mejoraron con respecto al primer cuatrimestre del año pasado. Torres remarcó que la dedicación de profesores y estudiantes fue muchísimo mayor. “En las facultades más numerosas cursaron entre 7.000 y 11.000 estudiantes”, precisó.
(IRB)
