Al momento de graduarse de una carrera profesional en una institución de educación superior, cada persona puede considerar la opción de seguir adelantando sus estudios mediante los posgrados, esto con el objetivo de especializarse en un área específica de su profesión.
No obstante, nunca hará falta la duda sobre lo que diferencia a cada una de las opciones de posgrado que el sistema educativo nacional puede ofrecer.
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Esto, para el sistema laboral colombiano, resulta importante, pues existe la necesidad de las empresas de mejorar su productividad u operatividad gracias a la contratación de profesionales del más alto nivel.
Según cifras de Statista, el 92 % de los sectores económicos consideraron contratar egresados de programas de posgrado en el 2022, lo que significa un valor agregado para este tipo de educación superior en el mercado laboral.
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Pero, ¿cuáles son las diferencias entre estos programas?, ¿qué tipo de perfiles se beneficia más de cada programa?, ¿cuánto dura cada uno?, y ¿qué requisitos se necesitan para postularse?
«Estas son preguntas muy recurrentes entre los recién egresados de pregrados, los que tienen entre 2 y 5 años de experiencia profesional, y en general cualquier persona laboralmente activa que busque ascender en su trabajo. Aquí, antes de considerar las particularidades de cada programa, es fundamental que la persona tenga identificada sus aspiraciones; establecer, por ejemplo, si se ve como alguien capaz de dirigir un equipo o si, por el contrario, se visualiza siendo el mejor en un área muy específica del negocio«, menciona José Carrillo, VP de Alianzas de Westfield Business School.
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A partir de estos cuestionamientos, se puede hacer un análisis más profundo de lo que ofrecen y aportan los posgrados, en especial dos: las especializaciones y las maestrías.
Educación.
La carga horaria de las maestrías podía representar una dificultad importante para los estudiantes, pues, en la mayoría de los casos, les representaba dejar de trabajar, lo que traía consigo dificultades a nivel económico. Este factor hacía que los estudiantes se decantarán más por las especializaciones.
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«Ahora bien, en los últimos años, y gracias a la virtualidad y a las herramientas digitales, han surgido alternativas de MBA que se dictan de forma 100% virtual, duran 16 meses, y también están diseñadas para ser compatibles con el trabajo. Estas modalidades garantizan que los alumnos puedan mantener su nivel de ingresos, su calidad de vida y, paralelamente, sean más competitivos«, agregó.
Otro de los factores diferenciales es el de los requisitos para postularse. En términos generales, las especializaciones tienen un proceso de selección mediante la recopilación de documentación y el sometimiento a una entrevista para establecer las admisiones.
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Por el lado de las maestrías, además de ese proceso anteriormente mencionado, también existe el requisito de la experiencia laboral. Hay programas de maestría que pueden llegar a exigir dos años de experiencia como requisito mínimo para ser admitido, aunque esta cifra dependa del país.
«Este punto es determinante y dice mucho del enfoque de cada programa. En las maestrías, la exigencia de un periodo mínimo de experiencia es un indicativo de que lo que se busca es un complemento a una trayectoria ya iniciada. Mientras que en las especializaciones, al ser de una naturaleza más práctica, en la que se busca desarrollar habilidades más puntuales, la experiencia laboral no es necesaria en todos los casos«, puntualizó Carrillo.
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Por último, existe el factor económico. A pesar de que hay una variedad de precios dependiendo de la institución educativa, las especializaciones suelen ser menos costosas a comparación de las maestrías, pues son programas más cortos y específicos.
No obstante, y como fue comprobado por estadísticas internacionales, los egresados de maestrías perciben más ingresos en el largo plazo. Se estima que, además de alcanzar un retorno de la inversión en educación dentro de un periodo cercano a los dos años, pueden llegar a recibir entre 30 % y 50 % más ingresos que los que tenía antes de cursar una maestría.
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