Redacción BL
Unos, con afán de volver a poner en marcha su negocio detenido por la peste del nuevo coronavirus. Otro, en su semana de apariciones mediáticas más intensa de los últimos meses. Así, el encuentro entre los directivos de la Federación de Fútbol y la Dimayor con el senador y expresidente de la República Álvaro Uribe era, de antemano, un evidente ‘gana-gana’ para ambos.
De un lado, ejercer presión política para poner a rodar lo más pronto posible la Liga y anotarse un triunfo político interno. Del otro, dar un golpe de opinión con su participación en un tema masivo, de alto interés y deslizando incluso la popular idea de transmitir partidos gratis de la Liga por televisión abierta para darle entretenimiento a la afición.
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Cuentan en la Federación de Fútbol que fue Uribe quien los llamó para hacer el encuentro que, más que un “conversatorio” como se presentó, resultó una especie virtual de ‘consejo comunal del fútbol’ al que el expresidente, como en sus viejos tiempos, llegó con un equipo de viceministros, funcionarios y senadores a quienes les hizo sugerencias y pidió intervenir y tomaran notas.
“Oyendo a todos, uno pensaría que en la primera semana de junio podría empezar la etapa de entrenamientos y en la primera semana de julio, los primeros partidos. Es la conclusión que yo saco”, dijo Uribe, la voz más poderosa del Centro Democrático, el partido del presidente de la República, Iván Duque.
Así, Uribe se alineó con los directivos y puso contra la pared al ministro de Deportes, Ernesto Lucena, quien ha sostenido que, según los análisis, monitoreos y cálculos oficiales del comportamiento de la pandemia, la posible vuelta a la competencia de la Liga sería en septiembre, fecha que, evidentemente, rechazan los dirigentes.
“Para septiembre, los equipos estarán quebrados”, le insistió Jorge Enrique Vélez, el presidente de la Dimayor, al senador Uribe
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Con este ‘consejo comunitario del fútbol’, Vélez anotó un gol en el partido político interno que sostiene con un grupo opositor de 11 de los 36 equipos. Basta con mencionar que esa fracción, apenas un par de horas antes de la cita con Uribe y su séquito, publicó una carta en la que, con tono manso, firmó su “respeto” a la Dimayor, al contrato de TV con Win Sport y a las decisiones del Gobierno. Una comunicación que se entiende por una suerte de ‘efecto espantapájaros’: el solo anuncio de la presencia de Uribe los alejó, al punto de que algunos de ellos ni se conectaron a la reunión del pasado jueves.
Para Vélez, de entrada, el que Uribe anunciara que se puede reactivar el negocio del fútbol en plena pandemia y dos meses antes de lo planteado por el Ministerio del Deporte es un triunfo sobre la oposición, que lo ha tachado, además, de falta de influencia en el Gobierno durante esta crisis, a pesar de su vieja trayectoria como político en Antioquia y en los cuadros nacionales de Cambio Radical. Uribe, al convocar este ‘consejo comunal’, le quitó ese sambenito al presidente de la Dimayor, a pesar de que, por ejemplo, Eduardo Méndez, presidente de Santa Fe, se apartó del tono de la carta que firmó e insistió, vehemente, que Vélez “intentaba demostrar sus supuestas influencias”.
Un recorderis: el pecado que no le perdona la oposición a Vélez es no haber recibido ni un centavo de los, primero, 50 y, después, 60 millones de dólares de adelanto prometidos en el contrato de TV Internacional. Eso es un hecho.
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En la cancha política, el ‘consejo comunal del fútbol’ fue un ‘gana-gana’ para Uribe y para Vélez: al primero le dio participación y exposición. Al segundo, oxígeno frente a sus contradictores internos. Y el Ministro del Deporte recibió un dardo colateral. Amanecerá julio y se verá si rueda la pelota, como dijo Uribe…
GABRIEL MELUK
Editor de DEPORTES
@Meluklecuenta
