Uno de los momentos más emocionantes que puedes vivir, amiga, es la llegada de tu primer bebé. Madres, padres, abuelos y amigos se revolucionan y se alborozan ante el nuevo miembro que viene a sumar su alegría y candidez a la familia.
Empezamos a buscar la habitación que ocupará y todo debe estar listo antes de la fecha prevista y esto, muchas veces, produce ansiedad y apuros que no dan buenos resultados. Reuniendo un poco de información y haciendo algunas averiguaciones en las tiendas que venden artículos para bebé, podemos diseñar la decoración de la habitación del bebé sin problemas.
Los colores alegres, los tonos pastel y los juguetes sencillos pueden brindar una feliz combinación. No es necesario gastar demasiado dinero en la decoración, simplemente aprovecha los colores y los motivos que te agraden dándole tu toque personal.
Primeros Meses.
El bebé necesita sentirse seguro, por eso durante los primeros meses, así que lo más aconsejable es que duerma con sus padres en un moisés. Después del año, puedes ubicarlo en su propia habitación, en la que tenemos ya el armario, el cambiador y una cuna extensible (se convierte en cama y sirve para los primeros años de vida) junto una silla y una mesa para el bebé.
Consejos básicos
La habitación del bebé debe estar ubicada en el mejor lugar de la casa. Idealmente la habitación tiene que reunir condiciones de seguridad e higiene entre las que se cuentan: poseer una ventilación suficiente que permita mantener el aire puro y a la vez, a temperatura constante; una iluminación natural que colabore en alegrar el ambiente sin que la luz solar moleste al niño en la cuna directamente o el calor sea excesivo en los días de verano; un espacio suficiente para ubicar los muebles y juguetes en su lugar sin amontonarlos.
Cuando estás preparando la habitación para tu futuro hijo, ten en cuenta que los materiales que formarán parte de ella deben ser atóxicos y anti-alérgicos.
Pinta con mucha antelación las paredes, de modo que el desagradable (y tóxico) aroma se esfume antes que el bebé llegue a ocupar su habitación.
Algunos elementos decorativos como velas aromáticas, inciensos y hornillos pueden resultar atractivos para los adultos, quienes disfrutan de esos perfumes, pero son altamente perjudiciales para los niños pequeños: evita usarlo no sólo en la habitación del bebé si no también en cualquier lugar de la casa donde él o ella estén presentes.
Las ventanas deben tener protectores y la cuna nunca debe ubicarse demasiado cerca de ellas.
Para guardar los juguetes podemos usar un canasto de cartón o plástico blando, también un tradicional baúl de madera. Todos los muebles con los que el bebé tome contacto, así como sus juguetes deben ser libres de puntas agudas o astillas.
Es aconsejable dejar una luz pequeña sobre la mesa de noche o en la pared, pero hay que controlar que no se recaliente y que las instalaciones eléctricas estén en prefectas condiciones.
Los enchufes deben tener protectores y ningún cable debe estar al alcance del niño.
Los primeros juguetes incluyen móviles para despertar la curiosidad del recién nacido, pero no deben ubicarse exactamente sobre la cuna: alguna pieza puede caer sobre el bebé.
Teniendo en cuenta estos consejos, puedes lograr para tu bebé una habitación segura y agradable que lo recibirá en los primeros días de su vida.
