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La ropa interior sale del cajón de la cómoda para coquetear en el exterior. Picardías y corsés se emplean como tops, los ‘culottes’ interpretan el papel de ’short’ y las ingenuas combinaciones son vestidos diurnos.
¿El estilismo más osado? La superposición en la que el sujetador se lleva por encima de la camiseta. Satenes, rasos y gasas en ‘nude’, crema y maquillaje están dispuestos a mostrar todos sus encantos.