10
La información obtenida de las computadoras del "Mono Jojoy" detalla que la guerrilla espiaba una base militar estratégica. El objetivo era eliminar soldados colombianos y estadounidenses
Las autoridades informaron, además, que la estrategia contemplaba enterarse anticipadamente de las maniobras previstas por las Fuerzas Armadas y poder así adelantarse a ellas.
El domingo 19 de diciembre, El Tiempo informó en su portada sobre las intenciones de las FARC, pero sin dar detalles. Los pormenores del operativo terrorista se conocieron gracias a los datos guardados en las computadoras incautadas en el campamento del jefe militar "Mono Jojoy", abatido el 23 de septiembre.
Luego del feroz bombardeo de la Operación Sodoma, tal como la llamó el Ejército, los soldados decomisaron varias maquinas del campamento guerrillero. Días antes de morir, "Jojoy" escribió un correo electrónico en el cual reveló que el infiltrado era un mecánico llamado Ferney Ortiz Beltrán, que trabajaba en la base aérea de Apiay, ubicada a unos 75 kilómetros al sureste de Bogotá.
No se trata de un objetivo militar cualquiera, Apiay es un punto clave en el entramado de seguridad del Gobierno de Juan Manuel Santos. Desde esa base, se organizaron algunos de los golpes más fuertes contra la guerrilla colombiana. De hecho, esta unidad es la más operativa y sensible del país. Por su ubicación y tecnología, fue una de las bases que los Estados Unidos solicitaron en el frustrado acuerdo de cooperación militar.
Finalmente, la Fuerza Aérea de Colombia detuvo a Ortiz Beltrán, acusado de filtrar las identidades de las tripulaciones de los aviones de combate. Se ocupaba de recabar todo tipo de información sobre los pilotos: dónde vivían y qué lugares frecuentaban, para poder localizarlos fácilmente y asesinarlos.
Junto a Ortiz Beltrán, se arrestaron a otros cinco técnicos militares por robo de repuestos. Este lunes 20 de diciembre, el general Julio Alberto González, comandante de la Fuerza Aerea Colombiana (FAC), en diálogo con La W Radio, reconoció que miembros de las FARC habían logrado infiltrarse en el Ejército colombiano.
"Varios de nuestros empleados civiles tenían una cadena de venta de repuestos robados que eran sacados de la base aérea. Esa condición de delincuentes facilitó para que las FARC pudieran hacer contacto con ellos", aseguró.
Fuentes de inteligencia de la Fuerza Aérea Colombiana aseguraron a El Espectador, que tienen dispuestos complejos dispositivos de seguridad para en las bases de todo el país.
