Enormes multitudes de simpatizantes llegaron a un aeropuerto militar en Dakar, la capital del país de África Occidental, haciendo sonar vuvuzelas y ondeando banderas, para celebrar la victoria.
El presidente Macky Sall esperaba en el aeropuerto para saludar a la escuadra, que desfilará en autobús por calles atestadas hasta el centro de la ciudad de tres millones de habitantes.
Dirigido por la estrella del Liverpool Sadio Mane, Senegal venció al Egipto de Mohamed Salah 4-2 en la tanda de penales en la final del domingo en Camerún. El partido había terminado sin goles en la prórroga.
La victoria marcó el primer éxito de Senegal en el torneo y provocó celebraciones jubilosas en la capital el domingo por la noche que continuaron el lunes.
El gobierno había declarado el lunes feriado público para celebrar la ocasión.
«Este es un momento inolvidable que durará para siempre», dijo Die Mbaye, un estudiante de escuela de 17 años cerca del palacio presidencial, apenas audible por encima de los gritos de los simpatizantes.
Luciendo una camiseta de Senegal y con una bandera colgando de su cabello, Mbaye agregó: «Nos lo merecíamos, hemos estado esperando durante 60 años».
Mamadou Bocoum, un estudiante de 24 años que estaba cerca, estaba igualmente entusiasmado. «Nuestra vida va a cambiar», dijo a la AFP.
Una efusión de emociones tan intensa no se había visto en años en Senegal, una nación de mayoría musulmana de 17 millones de personas que es mejor conocida por su cultura reservada.
– ‘Feroz’ –
Senegal ha competido en la Copa Africana de Naciones durante más de cincuenta años y ha llegado a la final dos veces, pero los Leones de Teranga nunca lograron el premio final hasta el domingo.
La selección nacional mejor clasificada de África y la vigésima del mundo perdió la última final de la Copa de Naciones en 2019, cayendo 1-0 ante Argelia en El Cairo.
También perdieron la final de 2002 por penales ante Camerún, unos meses antes de convertirse en uno de los tres equipos africanos en alcanzar los cuartos de final de la Copa del Mundo.
«Es el mejor día de mi vida», dijo Mane después de ganar.
«Estoy viviendo un sueño. No puedo creerlo. La espera fue larga pero finalmente lo logramos. Estamos todos felices y orgullosos de ganar este trofeo».
La victoria es un respiro bienvenido en Senegal, que sufrió problemas económicos relacionados con la pandemia y donde los disturbios letales vinculados a las tensiones políticas sacudieron el país el año pasado.
El lunes, multitudes de simpatizantes comenzaron a reunirse en las calles de Dakar horas antes del aterrizaje del equipo nacional en el aeropuerto.
El presidente Sall canceló un viaje a la nación del archipiélago de las Comoras para recibir al equipo en el aeropuerto.
El presidente de 60 años también invitó a sus acérrimos opositores políticos a la ceremonia de bienvenida.
«Hay momentos en que dejas de lado los problemas para hablar de la causa común del país», dijo en un discurso después de que el equipo aterrizara.
Sall también elogió al equipo senegalés como «feroz».
«Ahora estás en la cumbre de África», dijo.
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