Redacción BL
La automedicación es una práctica muy común, pues si tenemos algún malestar y se lo comentamos a un amigo o familiar, inmediatamente nos indican qué medicamento les hizo efecto cuando sentían lo mismo. Entonces compartimos medicinas que si bien no nos afectan, tarde o temprano podemos tomar algún riesgo que no identificaremos hasta que nuestro cuerpo reaccione negativamente.
Los fármacos si bien son una solución a algunas dolencias, no son iguales para todos, las dosis y posología cambia según edades, y otros factores. Por es es importante consultar con un médico, y que éste le recete el medicamento que usted necesita, explicándole la dosis y horario para la ingesta.
No tome a la ligera consumir ansiolíticos o relajantes musculares sin la supervisión de su médico, pues si bien es cierto que estos medicamentos logran relajarnos y provocarnos sueño, también lo pueden hacer de sorpresa, y podría ocasionarse una desgracia si se duerme mientras conduce.
Finalmente si esta tomando alguna medicación que se la recetó el químico farmacéutico de la botica de su vecindario y siente que ya no surte efecto, deje de tomarla y acuda donde un especialista para que la medique correctamente.
