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Perfil Jürgen Klopp que quiere ganarle con Liverpool la Champions a Tottenham – Fútbol Internacional – Deportes

por Redacción BL
Perfil Jürgen Klopp que quiere ganarle con Liverpool la Champions a Tottenham - Fútbol Internacional - Deportes

El estilo de Jürgen Klopp, lleno de desparpajo, tanto en su forma de ser como en la manera de vestir, le ha permitido marcar diferencia. También le ha cerrado algunas puertas, como se verá más adelante. Pero es más lo bueno que ha logrado: el alemán, próximo a cumplir 53 años, vio ayer cómo, por fin, la tercera fue la vencida: ganó la Liga de Campeones con el Liverpool, que venció 2-0 al Tottenham. Había perdido las dos primeras que disputó, con Borussia Dortmund, en 2013, y con el Liverpool, el año pasado. Y este jueves, sin jugar, le dio el título al equipo en la Liga Premier, tras 30 años. 

La barba desprolija, la gorra y el pantalón de sudadera hacen parte de su sello. Pocas veces usa corbata. Alguna vez le preguntaron por qué no lo hacía, a diferencia de la mayoría de los entrenadores en Europa: “Hay muchos entrenadores que están al borde del terreno de juego y llevan un traje, una corbata, sufren… Yo no”, explicó.

Nacido el 16 de junio de 1967 en Stuttgart (Alemania), Klopp no fue un destacado futbolista, pero se las arregló para tener una carrera profesional de casi 12 años. A veces jugaba como lateral y, otras, lo ponían de delantero. Así se describía como jugador: “Tenía la habilidad de un futbolista de quinta división y el cerebro de uno de primera división. El resultado fue un futbolista de segunda división”.

Pasó por el segundo equipo del Eintracht Frankfurt y por otras escuadras aficionadas antes de firmar con el Mainz 05 en 1990, el equipo donde hizo prácticamente toda su carrera como futbolista, hasta que colgó los guayos en enero de 2001, después de actuar en 340 partidos oficiales y marcar 56 goles.

Un mes después le tocó asumir como entrenador encargado, cuando el Mainz estaba en puestos de descenso a la tercera división alemana y cuando cinco técnicos se habían quemado tratando de salvarlo. Pues Klopp, en su primera experiencia como DT, evitó la baja.

Vendrían más cosas. Peleó el ascenso durante dos temporadas seguidas hasta que en la tercera (qué coincidencia) logró llegar por fin a la Bundesliga, para la temporada 2004/05. En ese primer año, logró meter al Mainz en la Copa Uefa (hoy, Europa League), en la que quedó por fuera en primera fase, eliminado por el Sevilla, campeón de esa edición.



Jürgen Klopp, entrenador de Liverpool.

Elkin Soto, quien ganó la Copa Libertadores con Once Caldas en 2004, trabajó durante dos temporadas con Klopp: llegó al Mainz en enero de 2007. “Él tiene un equilibro que uno detecta muy fácil, entre la motivación y la personalidad. Como uno lo ve en la línea dirigiendo, o como lo ve en la cancha, eso es lo que siempre muestra: se lo juega todo al ciento por ciento, desea jugar siempre bien, independientemente del resultado”, explicó Soto. “Lo que él siempre inculca es la entrega, poner el corazón por delante; eso siempre se lo hace saber a los jugadores”, agregó.

Después de llegar a los torneos de Uefa, el club tuvo un bajón: perdió la categoría y al año siguiente falló en su intento por regresar a la Bundesliga, por lo que Klopp decidió irse de su club de toda la vida. Pero ya había dejado una buena imagen. Salvo en su vestimenta y su presentación, la razón por la cual el Hamburgo –uno de los clubes tradicionales de Alemania–, que por ese entonces nunca había descendido (lo haría en 2018), desistió de contratarlo. Pero si esa puerta se cerró, pues otra se abrió, y esa lo ayudó a proyectarse definitivamente: la del Borussia Dortmund.

La ‘guerra’

La era Klopp en el Dortmund fue brillante: después de haber sido uno de los grandes de la Bundesliga y de haber ganado la Liga de Campeones en 1997, el equipo llegó a pelear el descenso. El DT le devolvió el brillo y comenzó a buscar maneras de innovar con su juego y con su forma de trabajar.

Bajo su mando, el Borussia Dortmund ganó la Bundesliga en 2011 y en la temporada siguiente logró el primer doblete en la historia del club, con un aliciente adicional: la final de la Copa de Alemania se la ganó por goleada, 5-2, al Bayern Múnich, un club con el que llegó a tener una guerra mediática.

“El Bayern opera como la industria en China. Observa lo que todo el mundo está haciendo, lo copia y luego invierte dinero y contrata diferentes personas para poder superar el original”, declaró alguna vez. De hecho, muchas veces fue víctima, pues el club de Múnich intentó desmantelar al Dortmund quitándole a varias de sus figuras, como el polaco Robert Lewandowski o Mario Götze. Pero, a pesar de ello, sus dirigidos nunca dejaron de elogiarlo. “Soy lo que soy gracias a Klopp”, declaró Lewandowski en febrero de este año.

El estilo de juego del Dortmund comenzó a llamar la atención. Hubo varios factores que ayudaron a eso. Uno, la gran relación de trabajo con un hombre que se convirtió en su mano derecha, Zeljko Buvac, a quien conoció en el Mainz, con el que compartieron todas sus ideas futbolísticas y con el que estuvo hasta abril del año pasado, cuando Buvac se fue por “motivos personales”.

El otro fue el factor de innovación de los métodos de entrenamiento. La gran muestra de esto fue una máquina, el Footbonaut, que se hizo famosa cuando el Borussia Dortmund goleó y humilló al Real Madrid en la Liga de Campeones de 2012/13.

El autor de estas líneas conoció el Footbonaut en 2016 en la sede de entrenamiento del Dortmund. Es una especie de cuarto en el que se trabaja la precisión y velocidad en los pases y se gana visión periférica: primero, la máquina le anuncia al jugador, con una chicharra, desde dónde le va a llegar el balón, y luego ilumina un cuadro que muestra el destino del pase. Ese cuadro va cambiando de color a medida que el jugador se demora en entregar la pelota.

Klopp dejó el Dortmund en 2015, en una temporada en la que rozó el descenso, pero no solo lo salvó, sino que lo clasificó a la Europa League. Se dijo que tenía ofertas de España. Se lo preguntaron en su última rueda de prensa con el club y le dijeron que en dónde pensaba aprender español. Respondió en perfecto castellano: “Una cerveza, por favor”.

Por ahora no ha necesitado ese idioma. Pero sí el inglés, con el que tiene al Liverpool a punto de volver a conseguir una Liga de Campeones, después de 14 años. No obstante el reconocimiento de su juego, de su estilo, aún no ha podido ganar un título con el club. El año pasado perdió la Champions con el Real Madrid, en una terrible noche del arquero Loris Karius y hasta con mala suerte, ya que perdió a su goleador, Mohamed Salah, por una lesión de hombro. Y este año, aunque solo perdió un partido, salió segundo en la Premier League.

“No puedes esperar que otras personas fracasen. Hicimos nuestro mejor esfuerzo, 97 puntos es brillante, hecho. Pero la final es diferente. Vamos allí para ganarlo”, le dijo Klopp a The Independent. Quería revancha. Y la tuvo, por fin. 

JOSÉ ORLANDO ASCENCIO
Subeditor de DEPORTES
En Twitter: @josasc

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