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¿Quieres impacto gigante? Entiende la tecnología de la ambición

por Redacción BL
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¿Quieres impacto gigante? Entiende la tecnología de la ambición

Esta columna va dirigida a ese selecto grupo de personas que posee una necesidad de impacto. Una necesidad tan grande que es obvia para ellos, sus familias y amigos.

No me refiero a quien quiere ser famoso, me refiero a quien quiere dejar una marca en el mundo. A esa mujer u hombre que piensa “quiero hacer algo importante con mi vida”. Esa persona hiper ambiciosa. Comparte esto a esas personas que sabes que se identifican con esa descripción, te prometo que te lo agradecerán. 

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Mucho se ha analizado sobre cómo la tecnología está transformando nuestras vidas. Como bien dice Alex Torrenegra, “esto ha sucedido siempre, simplemente que ahora le decimos tecnología a software”.

Pero muy poco se ha enfocado en cómo la tecnología está cambiando una de las mayores fuerzas que dan forma a la sociedad: la ambición. Lo que la gente más ambiciosa hace con sus vidas está cambiando rápidamente y tiene un impacto profundo en la sociedad, economía y cultura.

El siguiente análisis viene de un post de Matt Clifford, al que le he incluido perspectivas enfocadas a Latinoamérica. Aquí el link original en inglés si quieren verlo.

Una breve historia de la ambición

Aquí resumo la historia de la ambición para poner la situación actual en contexto. El concepto más importante es la idea de la “tecnología de la ambición”. 

Es la tecnología que permite a alguien tener impacto en un momento y lugar específico. No entendamos la ambición aquí como algo negativo, sino lo que define su esencia: ambiciones es querer maximizar el impacto personal. Por lo tanto, los individuos ambiciosos buscan caminos que les den acceso a la tecnología de ambición dominante de su era.

A través del tiempo, estos caminos terminan por estandarizarse (se convierten en carreras finalmente) y se desarrollan instituciones para formalizar el acceso a la tecnología. Estas instituciones a su vez se convierten en imanes de talento.

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¿Qué son estas “tecnologías de ambición”?

Si naciste en la Inglaterra medieval temprana y no eras el hijo de un señor feudal, tus prospectos serían bastante limitados, sin importar lo ambicioso que fueras. Había pocas formas (si acaso) para tener algún impacto más allá de la aldea en la que naciste.

A finales del periodo medieval, una gran “tecnología de ambición” había surgido. Le permitió al hijo de un carnicero de Ipswich construir el Hampton Court Palace. ¿Por qué pudo el cardinal Wolsey salir del anonimato para convertirse en la persona más rica y poderosa del país? En resumidas cuentas: la alfabetización.

La alfabetización era la mayor tecnología de ambición de la época pre-moderna. Si podías escribir instrucciones y tener personas que pudieran leerlas, podrías administrar a escala. No en la escala que conocemos hoy en día, pero mucho mayor que solo la aldea en la que naciste.

Si querías leer y escribir, tenías que unirte a la iglesia, cómo hizo Wolsey.

Piensen eso por un segundo. Piensa en ti mismo, joven y ambicioso, o en ese amigo banquero o consultor que se mata estudiando para tener un trabajo de prestigio. Si tú o él hubieran nacido hace mil años, estarían preparándose fuertísimo, no para entrar a McKinsey o Goldman Sachs, sino para convertirse en monjes o sacerdotes. No por amor a Dios, sino por pura ambición. 

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Un par de cientos de años después, y la “tecnología de ambición” dominante dio un paso adelante. Para el siglo XVIII, los ejércitos se fueron profesionalizando y algo más parecido a los estados modernos surge. El mando militar se convierte en la nueva “tecnología de ambición” que las personas ambiciosas desean dominar. 

En los 1800’s, el mando militar permite a un individuo decir una palabra en París y mover ejércitos a cientos de kilómetros de distancia. Es esta “tecnología” la que permite al joven Napoleón pasar de ser un desconocido en Corsica a ser emperador de Francia.

Un par de generaciones más adelante, la tecnología de ambición dominante son las finanzas. Cheques y memos escritos en Nueva York tienen impacto alrededor del mundo. Los individuos ambiciosos que pueden controlar las finanzas son los “amos del universo” en ascenso. Figuras como J.P. Morgan a finales del siglo XIX y Sidney Weinberg a mediados del siglo XX se convierten en leyendas de Wall Street.

El dominio de las finanzas como la carrera por defecto para personas ambiciosas ha perdurado notablemente. Lo he vivido personalmente. Cuando trabajé en Banca de Inversión en NY en 2013-15, trabajé con los recién egresados más preparados y ambiciosos que he conocido en mi vida. Preparándose desde temprana edad para ser ‘the best of the best at everything’.

Sin embargo ya empezamos a notar un cambio. Dentro de las mismas finanzas, Investment Banking le dio paso a Private Equity (fondos de capital privado) como la mejor carrera en finanzas para jóvenes hiper ambiciosos.

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Un buen test sobre cuál es la tecnología de ambición, es ver qué estudian los rubios de ojos-verdes de las mejores universidades. Piensen en Chad Rockefeller a sus 18 años, seguramente el mono Chad obviamente estudiaría finanzas.

Sin embargo, en un lugar en el mundo, la carrera de ambición por defecto no es las finanzas:  Silicon Valley. En Silicon Valley las personas más ambiciosas desean crear compañías de tecnología, y suelen hacerlo aprendiendo a desarrollar software.

Al igual que Matt Clifford, apuesto la plata que quieran a que el crear compañías basadas en software será sin lugar a dudas la ambición dominante a nivel mundial en el siglo XXI.

Ambición y los medios de producción

Los emprendimientos creados en base a tecnologías digitales (software, internet, aplicaciones móviles, inteligencia artificial, etc.) representan las “tecnologías de ambición” más poderosas a la fecha por tres razones: Escala creciente, alcance creciente y costo decreciente.

Escala: Debido al internet, las tecnologías digitales permiten tener un impacto en más personas que en cualquier otro momento en la historia. ¿Alguna persona en la historia humana tuvo impacto en mil millones de personas día a día antes del siglo XXI? Napoleón estaría verde de la envidia de las órdenes de Mark Zuckerberg y el número de personas que pueden ser alcanzadas por medio de internet aumenta cada día. Piensen en cuánto tiempo se la pasan en Instagram o TikTok, alguien mucho menor que sus padres lo creó. 

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Alcance: Las tecnologías digitales son de propósito general. Sin importar el enfoque de la ambición de un individuo, las tecnologías digitales proveen un medio para hacerlo realidad. Como dice Marc Andreessen: “la tecnología se está comiendo el mundo”. Por ejemplo, los taxis y los hoteles son lo último que pensarías como industrias tradicionalmente tecnológicas.

Pero hoy en día, las empresas más importante en ambos sectores son empresas de tecnología. Esto quiere decir que incluso las personas que no están intrínsecamente interesadas en tecnología pueden y acudirán a las tecnologías digitales para hacer realidad sus ambiciones.

Costo: El costo de empezar una empresa de tecnología ha colapsado a lo largo de la última década. El código abierto, modelos de software as a service en vez de compra de licencias hace que lanzar una idea pueda costar menos de 5 mil dólares, yo mismo he lanzado empresas con 200 dólares. En el grueso de Latinoamérica se puede crear una compañía en días y súper barato. 

Este es el cambio más profundo de todos, desde el modelo de ambición de J.P. Morgan al de Mark Zuckerberg se cambia el balance de poder del capital al talento.

La gente ambiciosa pasó de escribir cheques a escribir código. Hoy en día, las personas más ambiciosas no poseen los medios de producción. Si son capaces de escribir código, ellos son sus propios medios de producción. Esto le da poder sin precedentes a las personas ambiciosas. 

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Lo digo más claro, no hay nada más poderoso en este momento que un desarrollador brillante con un computador en sus manos y pasión por un problema. 

Esta es la razón por la que vemos cada vez más de los individuos más ambiciosos del planeta buscando dominar la tecnología de ambición de hoy en día: el emprendimiento en tecnología y las tecnologías digitales que lo hacen posible.

Esto es claro en USA, volviendo al ejemplo de Chad Rockefeller, 70 % de los Chads consideran seriamente convertirse en desarrolladores para así crear sus propias empresas. Banca de Inversión, el rey supremo en 2015, hoy por hoy pierde la gran mayoría de su talento al sector de tecnología. De la clase de 10 analistas que trabajaron conmigo en Bank of America, ahora 4 trabajan en tech, y sospecho que esos números seguirán aumentando.

Finalizo con una invitación. Si eres una persona hiper ambiciosa, que quieres tener un impacto gigante en tu vida, considera seriamente una carrera en tecnología. Ya sea logrando los fundamentos básicos (aprendiendo a desarrollar), haciendo parte de un startup (aprendiendo a escalar) o de la forma más directa posible (lanzando tu propio startup de base tecnológica).

En Latinoamérica en general, y Colombia en particular, estamos llenos de problemas oportunidades, y los próximos líderes de industria se parecerán más a David Vélez o Simón Borrero que a Julio Mario Santodomingo. Si quieres aprender más sobre cómo es la vida de un fundador: aquí te dejo un podcast que hicimos sobre mi startup.

Si estás interesado en saber más de mi carrera, aquí una entrevista de 13 % donde hablo de mis aprendizajes en la carrera en detalle. 

Contacto
LinkedIn: Daniel Bilbao
Twitter: @ddbilbao
*El autor es fundador y CEO de la empresa Truora, que tiene como objetivo combatir el fraude en Latinoamérica. Trabajó en la banca de inversión en Wall Street, es consejero y miembro de juntas directivas de varias ‘startups’ y hace angel investing. Si quiere saber más sobre el autor haga clic aquí.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.



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