Conforme la economía colombiana continúa transitando la senda de la reactivación, las expectativas, tanto de las empresas como de los hogares, han venido mejorando con respecto a los meses de la cuarentena.
Este 2020 que termina ha sido traumático para todos los actores económicos por el choque histórico y sin antecedentes de la pandemia del coronavirus a la producción, el empleo, el gasto público, la demanda agregada y el comercio global.
A los desplomes, nunca vistos en décadas, de la actividad productiva- en especial la del segundo trimestre del año- se suman la destrucción de cinco millones de puestos de trabajo y la pérdida de las vidas de más de 37.000 colombianos.
Anif ha calculado en unos 27,9 billones de pesos las pérdidas de ingresos acumuladas de los hogares colombianos entre marzo y octubre.
La reapertura, primero gradual y luego casi total, de la economía se ha traducido en un crecimiento positivo tanto de la actividad empresarial como de las perspectivas de las empresas y los hogares. Por ejemplo, en octubre los índices de Confianza Comercial y de los Consumidores de Fedesarrollo mejoraron dos y 3 puntos porcentuales, con respecto a septiembre.
La última encuesta de Opinión Industrial Conjunta de la Andi muestra que en septiembre pasado el 62,5 por ciento de los empresarios califica la situación actual de su organización como buena.
Una tendencia similar refleja la más reciente encuesta de Pulso Empresarial del Dane. Mientras que en junio, cuando apenas la reactivación daba sus primeros pasos, solo el 21 por ciento de las compañías esperaban aumentar sus ingresos en los próximos meses y el 41,1 por ciento esperaba retrasarse en el pago de sus pasivos, en octubre pasado estos indicadores habían mejorado a 37,7 por ciento y 27,7 por ciento, respectivamente.
Si bien es innegable el optimismo con el que el sector privado espera el tramo final de 2020, también es cierto que ya el impulso de la reapertura total de septiembre empieza a perder fuerza.
Por el lado de los hogares, la fotografía de la encuesta de Pulso Social del Dane refleja que, aunque los colombianos tienen mejores expectativas que al arranque de la crisis, los impactos han sido severos. El 67,8 por ciento cree que su situación es “peor o mucho peor” que hace un año- frente al 73 por ciento en junio pasado. Un porcentaje similar no tiene capacidad de ahorro y el 10 por ciento no registra ningún ingreso.
Los frentes del golpe social de la pandemia son múltiples. En seguridad alimentaria, Colombia pasó de 87,7 por ciento de los hogares con tres comidas diarias antes de la pandemia a 71,5 por ciento en octubre pasado.
En materia emocional el 38 por ciento se ha sentido preocupado y el 17 por ciento, tanto cansancio como tristeza. El 46,3 por ciento de los hogares pensaban en octubre pasado que las oportunidades de empleo disminuirán en el siguiente año.
En estos primeros meses de la reapertura económica, empresas y hogares han experimentando una especie de “reactivaciones gemelas” donde las expectativas y la mejora en la confianza han ido de la mano.
Uno de los retos para el Gobierno Nacional hacia el 2021 es precisamente lograr que esas perspectivas positivas de rebote que hoy experimentan las empresas no pierda sintonía con los más complejos impactos que golpean a los hogares.
Junto a una ampliación y extensión de las transferencias monetarias a los hogares, la generación de puestos de trabajo es pieza crucial para que no se rompa esa cadena de transmisión de la reactivación. Los esfuerzos deberían entonces concentrarse en facilitar, no encarecer y complicar, la creación de empleo.
Francisco Miranda Hamburger
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