Home Mundo Se incrementó el envío de coca en semisumergibles y lanchas por parte de la Mafia

Se incrementó el envío de coca en semisumergibles y lanchas por parte de la Mafia

por Redacción BL

El narcotráfico está intentando darse un festín con las más de 188.000 hectáreas de narcocultivos que, según cifras del gobierno, hay en el país.

Así lo muestran las cifras más frescas de operaciones de interdicción aérea y marítima que adelanta la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), en trabajo conjunto con la Armada Nacional y la Policía Antinarcóticos.

El alto mando acaba de ser informado de que, en solo ese tipo de operaciones, va incautada la misma cantidad de cocaína pura que cayó en todo el 2017: van 7,2 toneladas que iban a ser sacadas en lanchas rápidas y en semisumergibles desde al menos 11 puntos en las dos costas colombianas.

De hecho, la sola Armada Nacional ha incautado otras 83 toneladas, a las que se les deben sumar las 117,7 que lleva la Policía Antinarcóticos en solitario y las 17, 7 del Ejército.

El balance muestra la efectividad y eficiencia de las labores de interdicción e incautación, pero deja en evidencia que los narcoenvíos están disparados.

En 2013 y 2014 habían entrado en descenso, pero un año después, en pleno proceso de paz con las Farc, se frenó la erradicación de narcocultivos con glifosato y arrancó la narcobonanza.

Ahora, la mafia decidió mover su flotilla de semisumergibles y embarcaciones para sacarle réditos al aumento de los cultivos, ante el blindaje del espacio aéreo que viene desplegando la FAC con ayuda de agencias estadounidenses y británicas. El fenómeno se refleja en el hecho de que mientras que en 2017 cayeron 7 vuelos ilegales con 3,2 toneladas de coca, saliendo de Nariño, Cauca, Valle, Chocó, Córdoba, Atlántico y La Guajira, este año no se ha registrado ninguno.

“La mayoría de la coca que ha caído es del ‘clan del Golfo’ y de las bandas de ‘los Puntilleros’ y ‘los Pelusos’, que trabajan en llave con el Eln y disidencias de las Farc”, explicó un oficial de inteligencia que dijo que este año van 11 operativos dentro del programa de Apoyo a la Supresión del Tráfico Ilegal Marítimo (Astim).

Pero las alarmas están prendidas porque, según, inteligencia, están intentando sacar la primera cosecha de coca del año, represada en el Catatumbo por el paro armado que impuso el Eln en febrero.“Y ya se avecina la cosecha de julio, aunque la más grande es la de noviembre, que sin duda disparará las cifras”, agregó una fuente del Gobierno.

Por eso, los semisumergibles están pululando. El más reciente golpe a esa mafia fue hace 8 días, a 40 millas del puerto de Tumaco, Nariño.

Tras recibir datos de inteligencia, pilotos de la FAC le siguieron el rastro a un moderno aparato plateado, con 3 motores de 250 caballos de potencia, que salió de una boca del río Mira hacia el Pacífico.

Cinco días después, cuando subió la marea, se les dio aviso a dos embarcaciones de la Armada (una nodriza y otra de apoyo), que ya tenían listo un cerco y lo interceptaron antes de llegar a mar abierto.

En su interior había dos toneladas de coca y tres colombianos, uno de ellos Pedro Barrios. Se trata de un viejo capitán de barco cartagenero que ya había sido sancionado en 2011 por portar una pistola 9 milímetros, sin licencia, en La Caracola, embarcación que naufragó extrañamente en aguas panameñas. Los otros dos capturados eran humildes pobladores de Acandí, Choco.

La evidencia de que es una misma red dedicada a mover coca en semisumergibles de alto calado es que el primero de abril cayó en Guatemala un aparato idéntico al de Tumaco, con 967 kilos de coca y otros tres colombianos a bordo, detectados por la Armada cuando salieron del Pacífico.

Y en enero se halló otra de estas naves en playas guatemaltecas, con 900 kilos de coca y un motor estallado que habría obligado a su tripulación a huir del lugar. Un par de meses atrás apareció en la misma zona un cascarón de otro sumergible, con capacidad para 5 toneladas de droga. De hecho, guardacostas de Costa Rica han reportado la presencia de estas naves, de fabricación colombiana, en Boca Zacate, uno de sus puertos.

Además de semisumergibles, la mafia tiene una narcoflotilla de aviones Cessna 210 y Piper 34 y 31, con capacidad para mover una tonelada de droga en cada viaje si salen desde Colombia, ya que requieren menos combustible para coronar Centroamérica.

Pero, a raíz del blindaje aéreo de la FAC (65 expertos vigilas el espacio aéreo las 24 horas), no han podido hacer uso de la narcoflotilla en cielo colombiano. Eso explica por qué se ha incrementado la detección de narcovuelos que salen de Venezuela usando el corredor del Caribe. En todo 2017 se ubicaron 172 trazas o vuelos ilegales. Y este año ya van 200.

“Mover la coca desde Venezuela implica más combustible. Tienen que bajar 300 kilos, lo que les representa una pérdida de 10 millones de dólares por viaje”, dijo el oficial.

El arquero y ‘las Moscas’

Además, los narcopilotos deben bordear el espacio aéreo colombiano para evitar que los derriben. Pero, por petición de agencias extranjeras, la FAC se acerca lo suficiente para tomarles fotos que ayudan a judicializarlos cuando tocan tierra.

Uno de los casos más reciente se registró hace una semana con una avioneta que salió de Venezuela rumbo a Guatemala, con 700 kilos. Allí lo esperaba un arquero de una selección de fútbol centroamericana que logró evadir a las autoridades locales, no obstante haber sido capturado en flagrancia.

Y hace 72 horas fueron incautadas 4,5 toneladas de cocaína en Honduras y Guatemala, que salieron por el Pacífico y la isla de Providencia en lanchas rápidas y embarcaciones.

Este tipo de cargamentos está saliendo con la ayuda de un grupo llamado ‘las Moscas’ que actúa especialmente en Tumaco. Está conformado por un puñado de supuestos pescadores que salen antes de los semisumergibles y de las lanchas rápidas para alertar si hay presencia de autoridades a 25 millas a la redonda. Luego, un segundo grupo se desplaza con gasolina para tanquear las ‘go fast’ en mar abierto, a las que les caben 600 kilos de coca.

Las autoridades siguen con la guardia en alto. Dentro de la llamada operación Aurora ya han inspeccionado este año 1.621 aeronaves e inmovilizado 92. Y se han revisado 170 más dentro del Código Estela, que se activa con naves sospechosas.

Ahora están esperando a que el nuevo gobierno trace su ruta en la lucha contra las drogas, que podría incluir que se reviva el uso del glifosato, como lo pidió esta semana el fiscal General, Néstor Humberto Martínez. La iniciativa tomaría fuerza cuando se revelen las cifras que Estados Unidos tiene sobre cultivos ilícitos, que sobrepasa con creces el conteo local.

UNIDAD INVESTIGATIVA
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