El año 2020 estuvo lleno de promesas para la industria israelí de alta tecnología. En 2018/19, 55 empresas de capital de riesgo israelíes recaudaron USD 4,7 mil millones. En 2019, unas 3.700 empresas tecnológicas israelíes recaudaron un récord de USD 8,3 mil millones en un total de 522 contratos. Pero luego vino el coronavirus.
Según el Financial Times, en China, el epicentro del brote global, el número de contratos de capital riesgo cayó un 64% en enero y febrero en comparación con el mismo período de 2019. El nivel de capital recaudado por las empresas se redujo en dos tercios.
En Israel, una preocupación importante al comienzo de la pandemia fue la posible disminución de ventas, junto a las dificultades para generar capital de inversión. Semanas después, los temores se hicieron realidad.
Según Yisrael Gross, cofundador de L7 Defense, “la pérdida financiera promedio de las startups se estima en USD 2 millones, además de USD 500.000 en pérdida de ingresos por transacciones diferidas.
“Las startups», detalló Gross, «no tuvieron otra opción que reducir su tamaño. El 20% de sus empleados fueron despedidos o puestos bajo licencia no remunerada. El resto de los trabajadores sufrieron recortes en sus salarios”.
El gobierno israelí está pagando actualmente seguros de desempleo por una suma equivalente a aproximadamente el 70% de los salarios de quienes están en licencia no remunerada. El Ministerio de Finanzas anunció también un paquete de soporte de USD 200 millones para compañías tecnológicas.
Sin embargo, el golpe económico sufrido por la industria local podría haberse suavizado si los fondos asignados a los seguros de desempleo, estimados en USD 1.650 millones por mes, se hubieran transferido directamente a las empresas para permitirles mantener a sus trabajadores.
En el Reino Unido, por ejemplo, el gobierno afirmó que pagaría hasta el 80% de los salarios de los empleados retenidos por las empresas.
Israelíes esperan en la oficina del servicio de empleo
(Ynet)
La industria de alta tecnología, como otros sectores, es un ecosistema interrelacionado y dinámico. Cada productor, proveedor y distribuidor es un engranaje en una máquina compleja que se detiene cuando una parte falla. Por lo tanto, cuando una empresa cierra o enfrenta una recesión, esto puede generar una reacción en cadena que afecta a las entidades que dependen de ella para servicios o componentes.
En este sentido, la política adoptada por el Reino Unido podría tener un doble efecto: mantener a las personas trabajando y prevenir, al mismo tiempo, derivaciones psicológicas del desempleo masivo. Los trabajadores con empleo son optimistas, tienen más confianza en su futuro y, por lo tanto, es más probable que gasten dinero.
Esto, a su vez, podría haber ayudado a otros sectores afectados por el cierre parcial, como los restaurantes, que esperaban un aumento en el negocio de comida para llevar para compensar las pérdidas que ocasiona el impedimento de salir a cenar debido a las restricciones del Ministerio de Salud.
Según Gross y otros expertos, este será un año perdido para la industria. “Se necesitan de 6 a 12 meses para recaudar fondos. Es poco probable que las startups que no han recaudado fondos hasta ahora lo hagan este año”, predijo.
Sin embargo, las startups que logran sobrevivir a la crisis podrían salir, contrario a lo anterior, mejor posicionadas. En la estimación de Gross, posiblemente puedan superar la tormenta reduciendo costos y simplificando las operaciones.
Mientras que algunas compañías de alta tecnología han reportado pérdidas significativas, otras se han beneficiado enormemente del cambio en el estilo de vida provocado por la pandemia. Las plataformas de transmisión de video como Netflix y las de redes sociales como Nextdoor han experimentado un pronunciado aumento en el tráfico -alrededor del 80%- desde el comienzo del brote.
Lo contrario le sucede a empresas de transporte como Uber y Lyft, o sitios de alquiler de propiedades como Airbnb. En ciertas ciudades, Uber ha visto una caída del 70% en el número de pasajeros. Airbnb ha sufrido grandes pérdidas, ya que las reservas cayeron de forma drástica.
Gross, de L7 Defense, augura que «la era post coronavirus va a ser caracterizada por una ola de fusiones y adquisiciones, ya que los inversores aprovecharán las oportunidades para comprar nuevas empresas con precios bajos».
