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Volvo V60, un familiar con tecnología de vanguardia

por Redacción BL
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Volvo V60, un familiar con tecnología de vanguardia

Prácticamente todos los fabricantes contemplan una propuesta de tipo SUV en su catálogo, tanto es así que marcas como Bentley, Lamborghini o Rolls-Royce tienen su todoterreno. Se trata de una tendencia imparable, pero algunas compañías llevan mucho tiempo ofreciendo este tipo de vehículos; es el caso de Volvo que, ya a mediados de los años 90 transformó el familiar V70 en un crossover denominado XC70.

 

 

Desde entonces, la firma sueca ha ampliado su gama con los XC40, XC60 y XC90, aunque no ha dado la espalda a los vehículos familiares y el mejor ejemplo de ello es el nuevo Volvo V60. Los vehículos con carrocería Station Wagon -también conocidos como ´rancheras´- forman parte de la historia de la marca de Gotemburgo y, a pesar de la proliferación de los SUV, seguirán teniendo especial protagonismo en el catálogo de la compañía.

Y es que, hay vida más allá de las suspensiones elevadas y las protecciones de plástico para la carrocería. Ya lo demostró el actual Volvo V90 cuando fue presentado hace dos años y su hermano pequeño pretende ratificarlo apostando por la misma fórmula; de hecho, utiliza la misma plataforma sobre la que se asienta el V90, hereda la tecnología de su hermano mayor y es muy parecido en términos de diseño, si bien está enfocado a un público diferente.

A pesar de compartir la plataforma SPA con todos los miembros de la familia 90 -S90, V90 y XC90- y el XC60, es sensiblemente más corto, aunque crece respecto a su predecesor y mide 4,76 metros de largo, 1,91 metros de ancho y 1,42 metros de alto. Estas proporciones contenidas le hacen más atractivo que el V90, puesto que da la impresión de estar más proporcionado. Por lo demás, emplea las mismas soluciones estéticas que el modelo mencionado, como los pilotos traseros verticales de tipo led o los faros delanteros de led con luces diurnas que dibujan la forma del martillo de Thor.

 

 

De inicio, el V60 está disponible con los acabados Momentum e Inscription, es decir, el nivel de terminación intermedio y el superior, pero más adelante se incorporarán el básico y el R-Design, este último con un aspecto más deportivo y elementos de diseño específico, como las llantas de aleación y los anagramas exclusivos.

En el interior se repite el mismo patrón que en el exterior y encontramos un habitáculo fuertemente inspirado en cualquiera de los modelos más grandes de la firma. Como viene siendo habitual desde el lanzamiento del segundo Volvo S40, el minimalismo condiciona el diseño del habitáculo y la disposición de los mandos. De esta forma, la ausencia de botones es prácticamente total y todos controles quedan aglutinados en la pantalla táctil central de 9″; a través de ella podemos gestionar los sistemas de confort, como el climatizador o los asientos con calefacción y ventilación, pero también permite utilizar el navegador, los servicios en línea de Volvo con la app Connected Safety y el sistema multimedia Volvo Sensus conmpatible con Apple CarPlay y Android Auto.

Junto a la pantalla multifunción, destaca la instrumentación digital, de fácil legibilidad y manejo intuitivo, aunque poco aprovechada, puesto que no se puede personalizar. También está disponible el head up display y no faltan los huecos portaobjetos repartidos por todo el habitáculo, así como las tomas de USB que permiten conectar dispositivos móviles y cargarlos.

¿Y qué hay del espacio? Lo cierto es que el Volvo V60 ha dado un paso adelante respecto al modelo anterior y ofrece un habitáculo mucho más amplio. Llama la atención el espacio disponible en las plazas traseras, tanto por altura, como por anchura y hueco para las piernas. Cinco pasajeros pueden acomodarse sin estrecheces; sin embargo, la anchura del túnel central hace algo incómodo el asiento posterior del centro porque obliga a viajar con las piernas muy abiertas.

Si hablamos del maletero, cabe señalar que tiene una capacidad de 529 litros, es decir, 31 litros menos que el V90. El portón trasero -que puede tener apertura y cierre eléctricos- da acceso a una boca de carga ancha y el espacio de carga tiene formas limpias y cuadradas, además de contar con ganchos para la sujeción de objetos, un doble fondo y un separador para dividir la carga. En caso de necesitar más espacio, dos botones se encargan de plegar el respaldo de los asientos traseros -divididos de forma 60:40 y con hueco para los esquís- de forma automática.

De inicio, el Volvo V60 está disponible con dos motorizaciones: un diésel D4 de 190 CV con tracción delantera y cambio manual o automático, y gasolina T6 que, gracias a un turbo y a un compresor, rinde 310 CV y los envía a las cuatro ruedas motrices a través de una transmisión automática de ocho velocidades. Más adelante llegará el de gasolina T5 con alrededor de 250 CV y a finales de este año se incorporarán los híbridos enchufables T6 Twin Engine y T8 Twin Engine, con 340 CV y 390 CV respectivamente. En diésel, también cuenta con la versión de acceso D3.

A lo largo de la toma de contacto realizada en las carreteras de Tarragona, hemos tenido la oportunidad de probar los dos propulsores disponibles. Aunque cada vez hay menos hueco para los diésel en nuestras carreteras -y sobre todo en las ciudades-, el D4 es una alternativa interesante para los conductores que realicen muchos kilómetros, puesto que gasta poco y mueve con suficiente soltura al conjunto. Aunque no es comparable con el de gasolina, se caracteriza por ser poco ruidoso y agradable, si bien ayuda el trabajo realizado a nivel de insonorización y acústica. Las unidades equipadas con chasis dinámico disponen de un selector de modos de conducción que permite adaptar el carácter del vehículo a las necesidades o al estado de ánimo del conductor; lo cierto es que se nota una gran diferencia entre el modo más dinámico y el normal, tanto que en el deportivo se endurece la suspensión, la dirección es más pesada y la respuesta del acelerador es más inmediata.

Después de probar el V60 D4, nos subimos al V60 T6 y la cosa cambia. Disponemos de 310 CV y una entrega de potencia más lineal gracias al turbo y al compresor. Es más sigiloso y más agradable que el diésel, pero no sorprende a la hora de acelerar con contundencia, al fin y al cabo, estamos ante un modelo familiar y ni siquiera en el modo de conducción más dinámico podemos hablar de tintes deportivos. Eso sí, los 310 CV permiten realizar recuperaciones en un abrir y cerrar de ojos, así que los adelantamientos no suponen ningún problema y basta con hundir el pie derecho para que la caja de cambios automática baje una marcha y ganemos velocidad rápidamente.

En el plano dinámico, estamos ante un vehículo confortable que resulta ideal para viajar. Tanto el de tracción delantera como el de tracción integral, pueden contar con el chasis dinámico y, en ambos casos, las ayudas a la conducción contribuyen a incrementar el confort a bordo.

Otra de las señas de identidad de Volvo es su preocupación por la seguridad y, en este caso, continúa la tradición con una enorme dotación tecnológica heredada de los modelos más grandes de la marca. Entre los elementos más destacados, figura la ayuda con permanencia de carril, el frenado de emergencia en ciudad con detección de peatones y ciclistas, el reconocimiento de señales o el Volvo On Call, un sistema que incluye la llamada de emergencia en caso de accidente y permite encontrar el vehículo en caso de robo.



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