Los dueños mentirosos de un dios tonto

Sin maravilla se aprehende que alguien, jefe de una Iglesia que el mismo fundo con pretensión de ser directamente inspirado por dios, pueda decir tonterías enormes. Lo que entristece mucho es que las personas necesitadas siguen cayendo en la trampa de estos inspirados, entregándole plata y, peor, confianza. 

 

Claro que cada fundador busca en su iglesia pintar el dios mas conforme a sus ideas y mas cercano a su ganancia económica. Así se manifiesta con claridad que no hay, en todo esto, nada de sobrenatural. Sería muy raro, y en verdad signo de poca creatividad, que un dios pueda esclavizarse hasta manifestar con sus prodigios el engaño, el robo, el manejo de las conciencias. Sería en efecto el caso de una divinidad que apoya sin condiciones a una persona claramente y exclusivamente dedicada a lograr su propio interés. Es sencillo entender que, si alguien fundó una iglesia vinculada con un partido político y es accionista de la empresa de seguridad privada que garantiza con vehículos blindados y guardaespaldas todo el manejo mencionado antes, llega el sospecho que algo huele mal. 

 

De verdad no hay límite para empeorar. Así entre los supuestos fundadores de iglesias (con pretensión también de calificarse como más o menos cristianas), alguien argumenta sus ideas negando los derechos fundamentales, el respeto de la persona, de la diversidad, de una común dignidad. Se ha llegado hasta afirmar que una persona con discapacidad, denegada en su dignidad como integrante de una iglesia, no podría atreverse a pedir tutela a un juez, sin merecer  el castigo de dios.

 

Sabemos (y de toda manera  lo esperamos) que las personas  con discapacidad no son tan bobas para asistir a una iglesia que las considera como personas “minusválidas”. Cuando no hay respeto para la humanidad no se puede nunca hablar de fe en la persona de Jesús Cristo. 

 

¿En estas iglesias se hace algo con relevancia penal? Puede ser y se esto pasa hay que denunciarlo sin temor de los castigos divinos. Pero cuidado: antes hay que ser incluyentes con la personas con discapacidad, en las relaciones, amistades, experiencias. No sea que lo lamentable en las palabras ajenas, sea algo que, en otras circunstancias, se actúa personalmente. 

 

Lo que directamente todos pueden hacer es gastar plata para asuntos mejores y alejar sus existencias de estos basureros espirituales.