La Casa de Nariño tiene un nuevo rostro clave: el pastor Alfredo Saade, figura cercana al presidente Gustavo Petro, fue designado como jefe de gabinete presidencial, un movimiento que despierta tanto apoyo como fuertes críticas por sus declaraciones controvertidas y su historial cuestionado. Mientras el gobierno insiste en que su llegada fortalecerá la agenda petrista, opositores y analistas advierten sobre riesgos para la institucionalidad.
- Pastor y político: Líder religioso con influencia en sectores progresistas y cercano al círculo íntimo de Petro.
- Defensor de la reelección: Ha apoyado públicamente la posibilidad de que Petro busque un segundo mandato, un tema polémico en Colombia.
- Controversias previas: Cuestionado por contratos con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y por declaraciones consideradas “poco democráticas”.
Saade no es ajeno a la polémica. Algunas de sus declaraciones más criticadas incluyen:
- “Hay que cerrar el Congreso”: Una postura que generó alertas sobre su respeto a la separación de poderes.
- Apoyo a medidas radicales: Analistas señalan que su discurso podría polarizar aún más el ambiente político.
- Conexión con Benedetti: El ahora ministro del Interior, Armando Benedetti, lo defendió como un aliado clave para la agenda de Petro.
- Riesgo de autoritarismo: Sus críticos temen que su perfil impulse un gobierno menos dialogante con el Legislativo.
- Conflictos de interés: Sus vínculos pasados con contratos estatales siguen bajo la lupa.
- Mensajes contradictorios: Mientras Petro habla de “paz total”, Saade ha emitido señales de confrontación.
- Oposición: Cuestionan que un figura con dichas posturas ocupe un cargo clave. Felipe Zuleta (analista de Blu Radio) recordó sus polémicas.
- Gobierno: Benedetti y otros petristas insisten en que Saade aportará “eficiencia y lealtad”.
- Sociedad civil: Algunos sectores evangelicos celebran su llegada, mientras juristas alertan sobre el debilitamiento institucional.
La designación de Saade refleja una apuesta de Petro por consolidar un equipo de absoluta confianza, pero también podría alejarlo de sectores moderados. Con un Congreso fragmentado y una sociedad polarizada, su gestión como jefe de gabinete será clave para definir si el gobierno avanza hacia el diálogo o la confrontación.