El menor de edad capturado por su presunta participación en el atentado contra el senador Miguel Ángel Uribe Turbay había sido parte del programa gubernamental “Jóvenes en Paz”, pero lo abandonó tras solo dos meses por “dificultades de comportamiento”, reveló el presidente Gustavo Petro. Este caso ha reabierto el debate sobre la efectividad de los programas sociales para prevenir el reclutamiento de adolescentes por redes criminales.
📌 Identificado como “alto riesgo”:
- Autoridades distritales ya lo habían catalogado como un joven con conductas conflictivas e incapacidad para formar vínculos estables.
- Evaluado por equipos sociales, fue diagnosticado con riesgo de habitabilidad en calle.
📌 Pasó por “Jóvenes en Paz”… pero sin éxito:
- Ingresó al programa nacional del Ministerio de Igualdad, pero se retiró voluntariamente a los 2 meses.
- Diez días antes del atentado, trabajadores sociales intentaron reubicarlo, pero rechazó la ayuda.
📌 Entorno familiar desintegrado:
- Madre fallecida hace 10 años.
- Padre residiendo fuera del país.
- Vivía con familiares lejanos y había abandonado el colegio semanas antes del crimen.
Durante su captura, el adolescente gritó: “¡Yo puedo dar los números de los que me contactaron!”, lo que sugiere que pudo haber sido reclutado por una estructura criminal.
- Posibles autores intelectuales: ¿Quién lo contactó? ¿Fue un acto solitario o parte de un plan mayor?
- Fallas en el sistema de protección: ¿Por qué ningún programa logró retenerlo?
- Responsabilidad penal: Por ser menor, su caso irá al Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA), que prioriza medidas pedagógicas sobre cárcel.
❓ ¿Cómo un joven ya identificado como riesgo pudo caer en manos de grupos violentos?
❓ ¿Fue el sistema lento o el adolescente imposible de contener?
❓ ¿Qué revela este caso sobre el reclutamiento de menores en Bogotá?
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