En Colombia dos de cada 10 personas considera que su situación económica es mejor que la de sus padres. Así lo dio a conocer la encuesta Pulso Social que presenta cada mes el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
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Para su edición de julio, la encuesta incluyó por segunda vez un módulo relativo a la percepción de pobreza y desigualdad, en la que también se indagó con la población sobre algunas percepciones de cultura tributaria.
Uno de los datos más relevantes tiene que ver con la percepción de inequidades en el sistema, pues el 93,7% de los ciudadanos considera que en Colombia hay desigualdad en el ingreso entre pobres y ricos, y a su vez, 69% de la población califica como ‘inaceptable’ esa desigualdad.
Otro de los puntos que referenció Pulso Social tiene que ver con la comparación del nivel de vida de los jefes de hogar encuestados con el que tenían sus padres a la misma edad. El 26,5% considera que son más ricos que sus padres, mientras que 14,3% siente que hoy es más pobres que sus padres.
“Se les pide que hagan esa valoración y piensen en cómo vivían sus padres cuando tenían su edad y evalúen si consideran que están mejor, peor o igual. Llama la atención que 51,3% considera que están igual, es como si no hubiese una valoración de una movilidad o mejora en las condiciones de estas dos generaciones”, dijo Julieth Solano, subdirectora general (e) del Dane.
Así mismo, 38,2% tiene como expectativa que sus hijos tendrán un mejor nivel de vida, y solo el 5,1% piensa que serán más pobres. Para el 33,8% la situación de sus descendientes se mantendrá igual.
La desigualdad
De acuerdo con la encuesta Pulso Social, al indagar sobre los actores con más responsabilidad para reducir esas diferencias entre ricos y pobres, para el 49,7% de los jefes y jefas de hogar en las 23 principales ciudades del país, el Estado tiene ‘mucha responsabilidad’ en disminuir esas diferencias entre los ingresos.
Esto, seguido de un 27,4% de responsabilidad asociada a las empresas privadas en la disminución de esas brechas, y un 21,6% de responsabilidad en las personas de altos ingresos.
“Comparado con junio vemos que disminuye ese porcentaje de jefes que hacía esa valoración frente al Estado, pues en junio de 2022 lo teníamos en 53,6%, y evidentemente se compensa con los aumentos que estamos viendo en el otorgamiento de responsabilidad a actores como la empresa privada y los ciudadanos de altos ingresos”, explicó Solano.
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Vale la pena mencionar que en julio la administración de Gustavo Petro, en ese momento en calidad de gobierno electo, ya había dado algunas pistas de la reforma tributaria que se está tramitando en el Congreso, donde uno de los puntos centrales es el impuesto de renta a personas con ingresos mensuales superiores a $10 millones.
Además, según la percepción ciudadana, el 43,6% de los jefes de hogar en el país se considera pobre, una cifra superior al último dato oficial de pobreza: 39,3% de la población.
Pago de impuestos
En relación con la visión en torno a la tributación, la mayor proporción de los jefes de hogar (61%) consideran que pagan entre 0% y 20% de su ingreso en impuestos. El 25,5% indica que pagan entre el 21% y 40% de su ingreso en impuestos, mientras que el 10,5% de los encuestados por el Dane sostiene que paga entre 41% y 60% de lo que recibe en tributación.
“Cuando le preguntamos no cuánto creen que pagan, sino cuánto creen que deberían pagar, la mayoría de los jefes de hogar (96,6%) se ubica entre 0% y 20%, y vemos un leve aumento de 1 punto porcentual frente a la cifra de junio”, aseguró también Solano.
Nivel de confianza
Otra conclusión que dejó la encuesta Pulso Social en julio fue un deterioro en las condiciones de confianza de la población, pues mostró una caída de 3,6 puntos frente al mes anterior y se ubicó en un nivel de 34,8 puntos.
Según la subdirectora general (e) del Dane, entre los cinco componentes que conforman el indicador de confianza del consumidor (ICC), aquel que mide la valoración de los hogares frente a la situación económica del país dentro de 12 meses fue el que más marcó el deterioro, al igual que la percepción de la situación económica de los hogares a un año.
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“Lo que más está generando inquietudes, y de alguna manera una valoración pesimista es el desempeño o la situación que tendrá tanto el hogar como el país dentro de los próximos 12 meses”, destacó al respecto Solano.
Laura Lucía Becerra Elejalde
