Redacción BLEl equipo catalán venció 5 a 0 con dos goles del delantero argentino. David Villa también marcó un doblete y y Dani Alves completó la goleada. El Barcelona es el único escolta del Real Madrid
Necesitaba un partido así para despejar de un plumazo todas las dudas. Un encuentro sin sufrimiento, sin fisuras, en el que el marcador acompañara la plasticidad de su juego. Si era ante un rival de entidad, mucho mejor. Lo había hecho lejos del Camp Nou con el Athletic de Bilbao y el Atlético de Madrid, pero le costó resolver más de la cuenta con el Valencia en casa. Hoy, en cambio, aplastó sin piedad a otro equipo de los importantes, el Sevilla, y dejó claro que el campeón ha vuelto.
Quizá presidonado por la victoria del Real Madrid ante Hércules, el Barça salió con todo desde el pitazo inicial. Esta vez, además, el partido se le puso rápidamente favorable.
Lionel Messi, que ya le ha marcado trece goles al conjunto andaluz, adelantó a su equipo a los cuatro minutos al resolver una muy buena jugada grupal y, a partir de ahí, todo fue a favor de los hombres de Pep Guardiola. Intenso en la presión, agresivo en la recuperación y velocísimo en la circulación del balón, el Barcelona obligó a recular al Sevilla, que se fue empequeñeciendo con el paso de los minutos.
Bajo la batuta de Xavi, el Barça orquestó un fútbol de alto vuelo, con la complicidad de Messi, Andrés Iniesta y David Villa, quienes hilvanaban todo el juego azulgrana en la línea de tres cuartos del campo rival.
Por si fuera poco, Villa logró acabar con un mes de sequía a mediados del primer tiempo. Recibió de Messi, encaró a Luna, lo doblegó con un enganche y de zurda marcó el segundo. Esta vez el balón no besó el palo sino que fue abriendo ángulo hasta hacerse inalcanzable para Javi Varas.
El punta asturiano, pudo marcar un par más en la primera mitad, también Messi, e incluso el Sevilla en sus dos únicas contras de todo el partido: la primera acabó con un remate demasiado cruzado de Luis Fabiano. La segunda, con una buen respuesta de Victor Valdés a una volea de Capel, en el único momento en el que el sevillista pudo olvidarse de Alves para subir la banda.
La expulsión de Konko al filo del descanso, por doble amonestación, y el regalo al inicio de la segunda mitad, de Romaric a Dani Álves -el brasileño marcó en un remate acrobático, pero no lo celebró por respeto a su ex equipo- dejaron finiquitado el partido.
Los cuarenta minutos restantes tuvieron poca historia. Messi, en su pugna con Cristiano Ronaldo por ser reconocido el jugador más decisivo del campeonato, se adornó en su enésima obra de arte, un eslalon marca de la casa para hacer el cuarto.
Parecía que el Sevilla sólo se iba a llevar cuatro, cifra a la que parecía abonado últimamente cuando visitaba el Camp Nou. Sin embargo, la insistencia de Villa tuvo su premio en la última jugada del partido. El 'Guaje' rubricó la goleada con una jugada personal y un disparo ajustado para exorcisar todos los fantasmas que lo acecharon las últimas semanas. Definitivamente, una noche redonda para el Barça.
EFE | Benlinea
