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Cada acontecimiento tiene el día después: hasta la muerte lo tiene. El dia después para los familiares y amigos; el día eterno de los fallecidos, porque la vida es tan bella que no puede terminar en el vacío.
Se acabaron las festividades y vivimos el día después en muchas y diferentes maneras. En general nos sentimos pesados, por haber comido y tomado más de lo que hacemos de ordinario. Hemos gastado plata sin necesidad y tenemos el bolsillo más liviano.
Hay que reconocer que estos son asuntos de burguesía. A reconocerse en esta realidad y a no ser burgués, significa que hemos caído una vez más en la trampa consumista y capitalista, donde los poderosos manejan la ignorancia del pueblo.
Los que creen que el significado de la Navidad, en la enseñanza del Evangelio, es un ejemplo de vida para hacer el mundo más justo y humano, tienen un compromiso necesario para este día después. El compromiso de una vida solidaria con los pobres, que nunca han tenido el problema de comer y tomar más, ni de gastar plata en regalos inútiles.
Los que viven todo el año en la pobreza del pesebre, siguen siendo un llamado para que todos recordamos el sentido de una fiesta que empezó sin excluir a nadie (los pastores, protagonistas de los hechos navideños, eran entre los más excluidos por el poder religioso).
Comparto en este sentido los deseos de Nolberto (guerrillero del 59 Frente de las FARC-EP): “Algún día, todos los colombianos disfrutarán de verdad las fiestas decembrinas, cuando la fiesta de la revolución triunfe en todos los rincones y los corazones del pueblo y sea la posibilidad de vivir en paz con justicia social, la razón de la alegría colectiva en el reencuentro familiar”. (http://goo.gl/8D3evm)
Personalmente deseo y lucho para hacer que el triunfo de la revolución no tenga armas en las manos y sigo convencido que, en cualquier conflicto, un cese del fuego que no sea bilateral no tenga sentido.
Que el día después de estas fiestas navideñas pueda vernos comprometidos con la justicia y la paz. Cada uno en su lugar, empezando a ser los primeros en vivir la paz en nuestras relaciones con los demás, empezando a ser los primeros a respetar la justicia honrando los derechos.
