La escasez de antibióticos es un problema, pero no por la gripe

A lo largo de las últimas semanas hemos visto varios titulares sobre el impacto de la escasez de antibióticos en los tratamientos contra la gripe y el RSV. Historias como estas sacan a la luz un tema importante que enfrenta nuestra comunidad médica: la escasez de antibióticos de uso común, especialmente los que se usan en niños. La escasez de medicamentos ha afectado a ciertos sectores de la atención médica durante años, y este es particularmente preocupante.

Sin embargo, si bien estos antibióticos son importantes para afecciones como faringitis estreptocócica e infecciones de oído, no funcionan para la gripe o el COVID-19. Esas infecciones son causadas por virus, que no responden a los antibióticos. Las historias han dicho que la escasez de antibióticos hace que la gripe sea difícil de tratar, lo cual es inexacto. La gripe se puede tratar con un medicamento específicamente dirigido al virus de la gripe, no con antibióticos como la amoxicilina. Lo mismo ocurre con el COVID-19. Es importante hacerlo bien, ya que el uso excesivo de antibióticos crea problemas importantes.

Como defensores de la salud pública, uno de los obstáculos más importantes que enfrentamos es el uso excesivo de antibióticos en la comunidad. La percepción errónea común de que los antibióticos son efectivos para las infecciones virales lleva a que se usen más de lo que deberían. Cada vez que se receta un antibiótico a alguien que no lo necesita, las bacterias se vuelven cada vez más resistentes y estamos un paso más cerca de dejar de tener antibióticos efectivos para los pacientes que realmente los necesitan. Ya estamos viendo que esto sucede en nuestros pacientes más enfermos, y necesitamos la ayuda de todos para cambiar el rumbo.