Columnista:
Mauricio Ceballos
Sí, así como lo lee estimado lector. Los colombianos somos tan inteligentes que ya matamos a este pequeño agente patógeno que ha causado tantas muertes en el mundo y que le ha cambiado la vida a la humanidad. ¡Qué cuento de inventar la vacuna! Al virus ya lo matamos en Colombia y ¿Saben cómo? Con el comercio.
Porque aquí en este país desmemoriado, desigual y violento, preferimos un “descuento o promoción” a cuidarnos por un virus. “Primero muertos a no aprovechar las promociones”.
Pero William Ospina, nuestro poeta y escritor, ya nos había advertido que la publicidad se empeñaría en ocultarnos la enfermedad, la vejez y la muerte; porque esas cosas no se venden. Tras el relajamiento instado por el irresponsable Gobierno, a nuestra sociedad se le olvidó (como todo aquí) eso del coronavirus. La cuarentena se relajó a tal punto, que aquello del “pico y cédula” para lo único que sirve aún es para aumentar las filas al ingresar a algún establecimiento. Ya la gente en la calle se veía como si nada y las congestiones vehiculares volvieron a ser protagonistas en las horas pico en las principales ciudades.
Sin embargo, faltaba la tapa. La cereza del postre fue el primer día sin IVA, que hábilmente se programó ad portas del puente festivo del Día del Padre. El comercio se frotó las manos, los bancos aplaudieron y ambos hicieron fiesta porque “hay que reactivar la economía”.
Y los colombianos salieron; seducidos por el canto de las sirenas de una publicidad que engaña dolosamente, “aprovecharon” los descuentos, e hicieron largas colas en la entrada de grandes almacenes. ¿Distanciamiento social? De eso no hubo. ¿Protocolos de bioseguridad? Muy poquitos, porque lo importante era para unos vender y para otros comprar.
Y a nadie le importó que los precios se hubiesen remarcado con antelación, y tampoco nadie se preguntó si realmente era necesario adquirir algo. No. Estaban locos. Locos por el consumo. Locos por satisfacer un deseo que humanamente es imposible satisfacerlo. Locos por obedecer el lenguaje autoritario de la publicidad: aproveche, compre, lleve, mire, quiéralo, deséelo, etc.
La gente le hizo el juego al Gobierno. Fue su idiota útil. La manipularon y ni cuenta se dio. Pero es que esto es como el embarazo. Los resultados se ven después. A los 14 días para el que se contagió. O al mes o dos, para quien se endeudó en comprar algo que no necesitaba o, que tal vez sí, pero que lo hubiera podido comprar otro día. Pero ¿de quién es la culpa? Pues del Gobierno Nacional; porque aunque el presentador que tenemos de presidente, en una actitud adolescente dijo que no era el momento de buscar culpables, déjeme contarle “viejo”, que la culpa sí que es suya. Porque es irresponsable el firmar un decreto en el que se plantean tres días sin IVA —19 de junio, 3 de julio y 19 de julio— en plena pandemia. Porque eso de proteger a los bancos y al comercio, antes que a la sociedad, es tremendamente fatal.
Yo me pregunto ¿qué pensarán los médicos y el personal de la salud ante semejante brutalidad? Qué vergüenza con ellos, quienes lo han dado todo en esta pandemia por salvar vidas y paliar los efectos del virus. Pero nada de eso importa en este, el único país donde amenazan por convivencia a sus médicos y les envían coronas fúnebres porque hacen bien su trabajo. De nada nos sirvieron tres meses de cuarentena y los sacrificios de aquellos que se quedaron sin empleo, o de quienes simplemente no pudieron seguir trabajando porque sus negocios tuvieron que cerrar. De nada han servido las vidas sacrificadas de muchos que han muerto a causa del virus, o que ya no nos acompañan por efectos indirectos como el hambre, o la imposibilidad de sobrevivir en medio de esta crisis.
Ojalá que ese comercio y esos bancos que se reactivaron el 19 de junio, apoyen al Gobierno cuando tenga que hacerle frente a esos nuevos contagios, a la subida en la curva y, sobre todo, a la crisis económica que les sobrevendrá a los compradores compulsivos.
Pero como en Colombia es más importante parecer que ser, después del relajamiento del viernes, vienen los toques de queda, la prohibición de las fiestas, la ley seca y otra serie de medidas que hacen parte del ya para qué. Pero es que aquí es muy conocido ese aforismo de que “el que reza y peca empata” y también aquel que dice: “después del gusto, que venga el susto”.
Porque sí, así somos en Colombia. “Hágale que después miramos cómo lo pagamos”. Por eso es que no es el momento de mirar de quién es la culpa, como lo dijo el imberbe. Después miramos.
Gracias en todo caso, a la sociedad colombiana y, en especial a su Gobierno que va al garete, protegiendo a sus amigos y ninguneando al pueblo, por haber matado el virus. Ya los medios prepago podrán decir que en Colombia el virus se acabó. ¿Cuándo? El 19 de junio, día sin IVA.
