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Los episodios más polémicos en la historia de la Bienestarina en Colombia | Economía

por Redacción BL
Bienestarina

Corría el año 1976. En Bogotá se inauguraba el Centro Comercial Unicentro, un símbolo de modernidad para una época en la que se vivía tiempos de precariedad social en varios frentes.

(¿Adiós a la Bienestarina?: Petro pide al ICBF no comprarla más). 

Pobreza, incertidumbre económica y tensión política, además de serios problemas de desnutrición, sobre todo en niños, marcaban los días.

Fue por esas fechas en las que el Gobierno del presidente Alfonso López Michelsen decidió lanzar el primer Plan Nacional de Alimentación y Nutrición (PAN), con el que buscaba reducir los altos índices de malnutrición que bordeaba el 60 por ciento en los menores de cinco años, y era la causa del 41 % de las muertes de este grupo etario.

Es ahí cuando se habla por primera vez de la Bienestarina, un complemento nutricional producido por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el cual se distribuye a la población más vulnerable del país y que aún hoy hace parte de los programas institucionales.

Según el ICBF, “este producto es un alimento pre-cocido a base de una mezcla de cereales, leguminosa y leche entera en polvo, con vitaminas y minerales y ácidos grasos esenciales y de fácil preparación. Contiene micronutrientes aminoquelados que mejoran la absorción en la población beneficiaria y cuenta con un balance adecuado de aminoácidos esenciales. No contiene conservantes ni colorantes” y se produce en las plantas de propiedad del ICBF, ubicadas en los municipios de Sabanagrande (Atlántico) y Cartago (Valle del Cauca).

(Este sería el plan de austeridad del Gobierno para ahorrar en 2023). 

Hace unos días, la Bienestarina volvió a relucir luego de que el presidente Gustavo Petro pidió al ICBF parar su compra pues asegura que es “importada y costosa” y sugiere que en su reemplazo se priorice la alimentación de los niños y niñas del país con productos cultivados en Colombia.

El mandatario dijo que la estrategia en la que se centrará el Gobierno será reemplazar este producto por un modelo basado en la alimentación incluida en las escuelas públicas (una forma de extensión del Programa de Alimentación Escolar, PAE) con énfasis en la primera infancia, en lo que catalogó como «una transición que durará varios años», por lo que no se tiene fecha de cuándo cesará la distribución de la Bienestarina.

Este comentario del presidente ha sido muy criticado pues expertos consideran que este alimento he sido un complemento de la nutrición de los niños colombianos.

La exdirectora del Icbf Lina Arbeláez manifestó al respecto que «la Bienestarina ha sido muy importante como complemento alimenticio al país, sobre todo en su lucha contra la desnutrición de los niños, pero también de las madres gestantes».

Por su parte, el nutriólogo infantil Fernando Arroyave destacó: «La bienestarina es un alimento de alto valor nutricional, muy completo. Actualmente no hay un suplemento al mismo bajo costo que aporte esos micronutrientes necesarios para el desarrollo de los niños».

Bienestarina

Cortesía ICBF

Episodios polémicos con la Bienestarina

Durante su historia, la Bienestaria ha estado en el centro de varias polémicas.
Uno de los casos más sonados ocurrió en 2007,
cuando se utilizó este suplemento para el engorde de animales de granja en Chocó, uno de los departamentos más afectados por el hambre.

El complemento llegó a manos de propietarios de cocheras debido a malos manejos por los que terminó siendo comercializado libremente en la calle, sin ningún control.

Paradójicamente, por la misma fecha, los números de menores que morían por desnutrición eran alarmantes en la región, razón por la que el episodio causó la indignación de todo el país.

Por la venta ilegal del producto, la Procuraduría y la Fiscalía abrieron investigaciones para dar con los responsables. Se presumía que estaban involucrados funcionarios de los municipios y líderes comunitarios que actuaban como canales de distribución.

Ese mismo año también hubo varios cuestionamientos por la adjudicación del contrato de interventoría de la Bienestarina. Este fue entregado, junto con la supervisión del suministro de desayunos infantiles y raciones de emergencia en seis departamentos, al Grupo Nule, famoso por ser la cabeza del ‘carrusel’ de la contratación en Bogotá. Como en ese desfalco, también incumplieron, se debió ceder el contrato y los multaron.

(Una buena alimentación es la clave para mantener las defensas de los niños). 

Por otro lado, en 2012, se conocieron denuncias de anomalías por las que se entregaba el alimento vencido, poniendo en riesgo la salud de los usuarios que lo consumían. En Arauca, Quindío y Huila fueron incautados varios kilos de Bienestarina por este motivo y, además, se conoció el caso en el que un camión transportaba el producto junto con elementos químicos, lo que pudo haber ocasionado una intoxicación masiva de no haber sido decomisado.

El ICBF aseguró en su momento que todos estos incidentes fueron hechos aislados y sirvieron para perfeccionar la interventoría financiera, contable, técnica y operativa de la producción y distribución del suplemento alimenticio a nivel nacional.

“Actualmente contamos con un plan anticorrupción, tramitando oportunamente las denuncias recibidas por cualquier canal de interacción. Así mismo, cada empaque de AAVN cuenta con la impresión de un número de lote único, el cual permite realizar la trazabilidad del producto y actuar con mayor celeridad en el momento de presentarse un evento adverso al proceso”, subrayó la entidad.

PORTAFOLIO

Fuente de la Noticia

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