El número de llamadas asociadas a violencia intrafamiliar entre el 25 de marzo y el 2 de julio aumentó en un 148 por ciento, en comparación con las denuncias registradas el año pasado para el mismo período.
Este incremento fue mucho mayor al inicio del aislamiento preventivo obligatorio. Ante la inminencia del pico de contagios y la necesidad de resguardarnos en las casas, como principal medida de cuidado, el riesgo de violencia en el hogar aumenta. Como mujer y ministra de Justicia, me permito hacer tres llamados respetuosos.
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El primero, para las alcaldías y gobernaciones a fin de que sigan aplicando de forma rigurosa el decreto 460 de 2020, expedido para asegurar la atención ininterrumpida de las comisarías de familia, entendiendo como esenciales los servicios de atención a mujeres víctimas de violencia y aumentando la promoción de las líneas de denuncia y rutas de atención.
En esta labor seguirán contando con el apoyo y la gestión coordinada del Ministerio de Justicia, la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Salud.
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Un segundo llamado dirigido a las mujeres y a todas las víctimas, para decirles que no están solas: ¡No están solas! Todas las autoridades responsables han dispuesto canales de atención para brindarles ayuda, desde números telefónicos hasta medios virtuales donde pueden denunciar por vía escrita, en caso de que no les sea posible hablar en voz alta por estar acompañadas del agresor.
A todas las personas que conozcan hechos de violencia intrafamiliar, la petición es denunciar, ser solidarios y brindar apoyo.
Un segundo llamado dirigido a las mujeres y a todas las víctimas, para decirles que no están solas
Y el último llamado, el más enérgico, es a los agresores para que respeten la dignidad, la igualdad de derechos y, en ocasiones, la condición de especial vulnerabilidad de la víctima, en su mayoría mujeres.
Recordarles que acudir a la fuerza física o psicológica como medio de solución de las diferencias familiares no es la vía idónea ni legal, y que la violencia intrafamiliar ya no es un asunto de la vida privada, sino una preocupación de interés del Estado y toda la sociedad.
La violencia contra mujeres, niños, niñas y adolescentes es un delito frente al cual se responderá con toda la fuerza del Estado y la ley.
En estos tiempos de crisis, el hogar debe ser un refugio y la familia, el más preciado tesoro. Trabajemos en el diálogo, la solución pacífica de las diferencias y la tolerancia. Prediquemos y apliquemos el mensaje del papa Francisco: “La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor”.
Los canales de atención para las víctimas o para personas que conozcan casos de violencia en el contexto de la familia son: línea 155 de la Policía Nacional, línea 141 del ICBF, y la línea 122 de la Fiscalía General de la Nación y la línea 123, única de emergencias a nivel nacional. Allí encontrarán atención las 24 horas del día.
Mujeres, niños, niñas, adolescentes y demás población vulnerable en el contexto familiar, recuerden y tengan presente que ¡no están solos!
Adenda: en esta legislatura que empieza, el Ministerio de Justicia y del Derecho presentará al Congreso un paquete de reformas legislativas dentro del cual se encuentra un proyecto para el fortalecimiento de las comisarías de familia.
Vamos a proponer un modelo robusto y completo que garantice a la mujer víctima una atención interdisciplinaria y que evite la revictimización. Comisarías de familia más cercanas a la mujer y los ciudadanos.
MARGARITA CABELLO
MINISTRA DE JUSTICIA Y DEL DERECHO
