Redacción BL
Bogotá tiene la carga del 25,5% de la economía total del país, por lo que las decisiones que se tomen para la reactivación tendrán un impacto en toda Colombia.
(Lea: Cuarentena llevó a una caída de 15,2% en el PIB de Bogotá)
Ante esa tarea titánica, Juan Mauricio Ramírez, secretario de Hacienda de la capital, habló de las herramientas que tienen para que la caída de este año no supere el 6,4%, y se logre un alza de 4% para 2021.
(Lea: Plan de reactivación de Bogotá, con freno digital)
Ustedes presentaron el proyecto del presupuesto de 2021, ¿cómo quedaron las cuentas para la reactivación?
Estamos esperando una contracción al cierre de año que nos acerque a una caída de 6,4% del PIB. Y eso es si no hay cuarentena, que por ahora no está prevista de aquí a diciembre.
Por eso, hemos dicho que la administración tiene dos objetivos: el plan de reactivación y otro de rescate social general, que también hace parte del presupuesto. Este proceso por sí solo no es suficiente y se necesita una acción focalizada a mejorar la situación de los hogares más pobres y vulnerables.
Lograron tener una mayor inversión que gastos en funcionamiento, ¿qué retos trae eso?
Eso es importante porque la ciudad recibirá $1,45 billones menos de ingresos este año. Teníamos dos opciones: subir los impuestos o bajar los gastos.
Cualquiera de las dos cosas eran equivocadas, porque si bajamos los costos, no hay ningún choque fiscal del gasto público, que es lo que necesitamos priorizar cuando el privado se ha debilitado. En segundo lugar, también habría sido un error compensar esos recursos para enfrentar la reducción de ingresos el próximo año.
Y a pesar de que hay sectores que dicen que el proyecto de reactivación es una reforma tributaria, la realidad es que lo máximo que recoge es cerca de $1 billón en nueve años.
Varios han salido a criticar ese aumento de impuestos, ¿eso podría ser un freno para algunos?
Nosotros estamos incrementando las tarifas de industria y comercio a los sectores que ganaron este año. Y los que tuvieron crecimientos en el 2020 mayores al 50% pagarían una tasa 15% mayor, y eso nosotros lo hemos llamado una contribución solidaria.
Y es que la nueva normalidad va hacia sectores más digitales, que van a seguir creciendo y que creo que van a seguir aumentando su participación en el PIB.
Lo único que estamos diciendo es que nos contribuyan con una parte, que nos va a servir para pagar una porción de esa deuda de $10,8 billones.
Bogotá tiene un rol clave en la recuperación de la economía, ¿qué perspectivas hay para 2021?
Nosotros tenemos dos caminos. Uno es el pesimista, que es en el que podríamos caer 8%, cosa que todavía puede pasar si hay otra cuarentena. Ojalá que no. Para el próximo año, en ese escenario creceríamos no más del 2,5%. En esa senda podríamos aspirar llegar al 3 o 3,5% en el 2022 y quizás al 4% en el 2023.
Otro de los retos es la informalidad, ¿qué planes tienen para reducirla?
Hay dos clases de informalidad. Una es la precaria, como el de las personas que venden en la calle, y la otra es la que nosotros llamamos la de acumulación media, que es la que sus trabajadores no cotizan a seguridad social, no pagan impuestos y no tienen registro mercantil, etc.
Nuestro proyecto de reactivación a formalización está dirigido a ese último.
¿Hay una meta?
40.000 empresas formalizadas en el cuatrenio. Según la Cámara de Comercio hay registradas en Bogotá alrededor de 788.000 de estas organizaciones, de las cuales el 45% es informal. Es decir, unas 354.000. Ojalá podamos subirlo más.
Si esa formalidad sube, pueden generar también empleos de mejor calidad para los otros informales. Y mientras eso ocurre, tienen el acceso a un ingreso mínimo, que esperamos que llegue a 423.000 hogares, y estamos viendo la posibilidad con el Gobierno para que eso suba a 900.000.
¿Cuánto tiempo le queda a esa renta básica? ¿Pueden sostenerla hasta después de la pandemia?
La idea es esa. Nosotros hablamos del ingreso mínimo garantizado antes de la pandemia. Con la crisis, lo que era una agenda para cuatro años, se volvió en una de dos meses. Lo que sigue es racionalizar la estructura de los subsidios.
La cifra de pobreza monetaria fue actualizada por el Dane, ¿cómo cambia eso los planes?
Eso es clave. De hecho, la Secretaría de Planeación ya había hecho un estimativo del impacto del covid sobre la pobreza y habían calculado que cerca de 100.000 hogares entraron en esa condiciones, y que unos 115.000 que eran clase media se volvieron pobres o vulnerables. También encontraron que estos programas de Ingreso Solidario y Bogotá Solidaria en Casa han ayudado a que cerca de 60.000 familias atrapadas de pobreza salieran de ella.
Ahora nos toca calcular esos impactos con el nuevo nivel.
¿Cómo impulsar los empleos para mujeres?
Estamos dando hasta un salario mínimo a empresas que contraten hasta cuatro trabajadores durante seis meses. La condición es que sean mujeres o jóvenes. Una parte fundamental de todo es cómo generar una estrategia clara de la feminización de la pobreza. Entonces vamos a tener un trazador presupuestal para ver cómo generar oportunidades a las mujeres.
Y si no le ayudamos a las mujeres a aliviarle la carga del cuidado, no la van a lograr.
¿Qué le responde a las recomendaciones que hizo ProBogotá para la reactivación?
Nosotros hemos enfatizado en que también tenemos que tener la mirada en intervenciones que son necesarias para aumentar la productividad de la ciudad en el mediano plazo.
¿Cuándo esperan pagar la deuda que están adquiriendo por la pandemia?
Ese es un techo. Si la economía crece al 4% no lo tendríamos que usar todo. Ojalá no sea necesario.
María Camila González Olarte
Twitter: @CamilaGolarte
