El presidente Gustavo Petro calificó las revelaciones sobre su excanciller como un intento de golpe con apoyo de la extrema derecha y el narcotráfico.
El presidente Gustavo Petro aseguró este lunes que todos los mencionados en los audios del excanciller Álvaro Leyva, incluida la vicepresidenta Francia Márquez, deben dar explicaciones públicas y ante la justicia. Las declaraciones se dieron tras la publicación de un reportaje del diario español El País, que reveló supuestas gestiones de Leyva con sectores republicanos de EE.UU. para presionar la salida de Petro del poder.
Según el informe, Leyva —quien fue canciller de Petro hasta su destitución en 2023— se reunió en Washington con el congresista Mario Díaz-Balart, buscando acercamientos con figuras como Marco Rubio para generar “presión internacional” contra el mandatario colombiano. En las grabaciones, el excanciller insinúa contar con el respaldo de Márquez, algo que la vicepresidenta ha negado rotundamente.
Petro, quien se encuentra en Sevilla participando en una conferencia de la ONU, afirmó que lo expuesto por El País no es más que “una conspiración entre Leyva, el narcotráfico y la extrema derecha colombiana y estadounidense para derrocar al presidente del cambio”.
“Todas las personas que él nombra, de las cuales no sé si lo que dice es cierto, deben dar explicaciones no solo políticas, sino ante la justicia”, declaró el jefe de Estado.
El excanciller, de 82 años y con una larga trayectoria como mediador en procesos de paz, fue destituido en 2023 por irregularidades en un contrato de pasaportes. Desde entonces, ha lanzado duras acusaciones contra Petro, incluyendo señalamientos sobre supuestos problemas de adicción a las drogas.
El presidente reconoció que lo designó “sin cálculo político, creyendo en su vocación de paz”, pero ahora lo acusa de liderar un “acto de venganza bárbaro y canalla”. Según El País, Leyva veía estas revelaciones como el primer paso para forzar la salida de Petro.
Aunque la vicepresidenta ha rechazado cualquier vínculo con las maniobras de Leyva, su nombre quedó en medio de la polémica. Petro insistió en que todos los involucrados deben aclarar su papel, incluyendo a Márquez, lo que podría generar tensiones dentro del gobierno.
El escándalo llega en un momento delicado para el Ejecutivo, que enfrenta críticas por reformas y una creciente polarización. Mientras la oposición exige investigaciones, el oficialismo denuncia una “operación política” para desestabilizar al gobierno.
La Fiscalía y la Procuraduría podrían verse obligadas a indagar las acusaciones, especialmente si se confirma que hubo intentos de coordinación con actores extranjeros para desestabilizar al Estado. Mientras tanto, el caso reaviva el debate sobre los enemigos internos de Petro y los límites de la lucha política en Colombia.
¿Será este el inicio de una crisis mayor en el gobierno del Pacto Histórico? La sombra de la conspiración ya está sobre la mesa, y las próximas declaraciones de los implicados podrían definir el rumbo de este escándalo.
