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Si hay un lugar en Barranquilla donde sus habitantes comienzan a entender lo que es la nueva realidad, y aprenden a seguir los protocolos sanitarios, de bioseguridad e higiene, es El Gran Malecón del Río.

El lugar,  reabierto al público el pasado 17 de agosto,  es hoy el espacio público de la ciudad, y quizás del Caribe colombiano, que más personas recibe en unos horarios determinados, y en donde no se oculta un el temor a un rebrote de covid-19.

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El agotamiento generado por el confinamiento conlleva a que los visitantes al Malecón respeten las normas. Por eso, el regreso, después de cinco meses de cierre, ha sido gradual, seguro, y, sobre todo, con mucho compromiso de parte de los barranquilleros.

Los más de 500.000 visitantes acogidos desde agosto han respetado todas las medidas de autocuidado, incluyendo distanciamiento físico, lavado de manos, uso obligatorio del tapabocas, control de aforo y regulación de las actividades permitidas.

A las 5:00 a. m., cuando apenas el sol despunta en la otra orilla del río Magdalena, ya en el Gran Malecón hay cientos de personas: trotando, manejando bicicletas, en patines, caminando, haciendo aeróbicos, paseando las mascotas, en clases de rumba, yoga, pesas… y todos los ejercicios que la imaginación le permita realizar a una persona en este espacio.

Lo interesante para muchas de las personas que a diario visitan el lugar es la sensación de seguridad que se respira en el ambiente, gracias a que este es un lugar que está abanderando la cultura del autocuidado.

En los 2,5 kilómetros habilitados, de los 5.000 que tendrá el lugar una vez terminado, hay dos accesos: por la calle 79 y la calle 72, en donde están controles. Aquí funcionarios del Distrito se encargan de tomar la temperatura, verificar que las personas lleven su mascarilla y determinar el aforo.

En total son 50 guías que permanecen en el Gran Malecón, además de los orientadores de Tránsito y la Policía Metropolitana que se encargan de mantener el orden y la seguridad.

“Favor súbase la mascarilla, señor”, le dice uno de los funcionarios encargados del control en la zona a un joven que va trotando con mascarilla a medio tapar la nariz.

“Es por su bien y el de todos”, agrega el hombre de la alcaldía, que viste un chaleco que identifica su autoridad, a lo que el infractor de inmediato se acomoda el tapabocas y sigue su camino, sin el menor disgusto.

Ejemplo de reactivación económica

A medida que Barranquilla le hace frente a la crisis sanitaria, y que los ciudadanos comprenden que hay que empezar a convivir con el virus, el Gran Malecón recobra su vitalidad.

Según la Alcaldía, es el espacio público más visitado de Colombia,  reporta más de un millón de asistentes, y también un modelo de reactivación económica y social en el país.

Ha sido plataforma de buenas noticias de mano del presidente Iván Duque y varios miembros del gabinete nacional, tal como lo recordó el secretario de Desarrollo Económico, Ricardo Plata Sarabia: desde la sesión inaugural de la Asamblea del BID hasta la bienvenida al nuevo operador de energía de la región, pasando por la conexión para más de 6.500 visitantes con la nueva Zona WiFi entregada por el Ministerio TIC.

“Nuestro malecón es un escenario de esa ciudad atractiva y próspera que queremos mostrarle al mundo porque lo tiene todo. Con el Puerta de Oro y la Caja de Cristal seguiremos consolidándonos como destino turístico de eventos y negocios”, agregó Plata Sarabia.

Los horarios de funcionamiento son: de lunes a domingos, de 5:00 a. m. hasta las 8:00 p. m. Suficiente para encontrar personas haciendo ejercicios, o disfrutando del paisaje que ofrece el majestuoso río Magdalena en su camino a Bocas de Cenizas, la entrada de los buques a la zona portuaria de Barranquilla, las aves que revolotean en el aire, y las frescas brisas que recorren de punta a punta el malecón.

Gastronomía y turismo, ejes de reactivación

A lo largo del Gran Malecón hay una variedad de oferta gastronómica que incluye 8 puntos comerciales, 6 locales en Manglares del Río y las 25 cocinas del Caimán del Río que son, en buena parte, emprendimientos con talento.

Desde el 20 de agosto, cuando comenzaron a reabrir sus puertas al público, han recibido el respaldo de los visitantes.

En el caso específico del Caimán del Río, que a la fecha opera en su totalidad, el mercado gastronómico completa 50.270 visitantes, 19.735 reservas y 890 empleos reactivados, según dio a conocer el gerente, Álvaro Boom.

“Es un sueño hecho realidad no solamente para las cocinas que abrieron, sino para Barranquilla y Colombia entera. Fueron meses muy difíciles de incertidumbre, pero el autocuidado, las ganas de salir adelante y el compañerismo prevalecieron”, manifestó Boom.

Además de la gastronomía y la práctica de actividad física, la cultura y el turismo también se han comenzado a reactivar en el Gran Malecón: por una parte, la embarcación La Mita retomó sus recorridos a lo largo del Magdalena y, de otra, con ‘Escenario al Río’ se reanudó la oferta cultural y deportiva en el teatrino del sector Puerta de Oro.

El común denominador: minuciosos protocolos de bioseguridad para proteger la vida y la salud de los barranquilleros.

La Mita regresa con cupos reducidos, señalización en los espacios, uso obligatorio de tapabocas, lavado de manos y desinfección de espacios y chalecos salvavidas; entretanto, el teatrino cuenta con gradas por grupo familiar, además de control de circulación y aforo de cara al escenario.

Estas actividades culturales, deportivas y turísticas son “muy oportunas, ya que se trata de un espacio abierto, con constante circulación del aire natural y lo más valioso es que nos permite estar en contacto con nuestro río”, manifestó la secretaria de Cultura, Patrimonio y Turismo, María Teresa Fernández.

Un mega proyecto

El Gran Malecón es una de las obras que mejor reflejan la transformación de Barranquilla en la última década.

La obra se desarrolla a lo largo de cinco kilómetros de la ribera occidental del río Magdalena. En estos momentos se han abierto 2,5 kilómetros.

Cuenta con un malecón y una vía en doble calzada paralela al mismo y con conexión con la Vía 40 en las calles 79, 72 y 58 y se enlazará en la isla de La Loma y con el Centro de Eventos y Convenciones Puerta de Oro.

En sus tres años, el malecón se convirtió en el epicentro cultural de Barranquilla, pasando ya de los 800 eventos realizados. Entre ellos los cumpleaños de Barranquilla cada 7 de abril, celebraciones patrióticas del 20 de Julio y Festival del Río.

También espectáculos como la llegada del buque Gloria, iluminación navideña, conciertos y eventos musicales, maratones atléticas, recorridos en bicicleta y el recibimiento del año nuevo.

Por todo, este es el sitio que atrae a los barranquilleros, quienes han entendido que les toca aprender a vivir virus que llegó para quedarse y por eso toca adaptarse a una nueva realidad.

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Leonardo Herrera Delgans
Corresponsal de EL TIEMPO
Barranquilla
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