La pandemia del coronavirus está sometiendo a Latinoamérica y el Caribe a múltiples choques simultáneos, internos y externos, que se traducirán en una caída del 7,2 por ciento en el producto interno bruto (PIB), de acuerdo con el informe de Perspectivas Globales que presentó este lunes el Banco Mundial (BM).
(Le puede interesar: Colombia caerá menos que el mundo y la región: Banco Mundial)
De acuerdo con el BM, Colombia tendrá una caída menor a la que sufrirá tanto la región como el mundo entero, pues mientras el PIB mundial se contraerá 5,2 por ciento, en Colombia la reducción será de 4,9 por ciento.
(Le recomendamos: ‘Segundo trimestre podría ser el peor de la historia’: Banrepública)
El banco subraya que esta recesión será más profunda que la que experimentó la región en la crisis global de los años 2008 y 2009, y durante la crisis de la deuda latinoamericana en los años 80.
El Banco Mundial comenta, además, que hay riesgo de que esas previsiones empeoren en la medida en que una intensificación del contagio presiones los sistemas de salud sea devastador para los países que cuentan con modestas capacidades de salud.
La mayor caída que se prevé en las principales economías de la región es la de Perú, que se contraerá 12 por ciento. La menor caída será la de Chile, con 4,3 por ciento, seguida por la de Colombia.
Pero son notorias las contracciones en las dos mayores economías regionales, Brasil y México.
En el gigante suramericano se prevé una caída del 8 por ciento durante el año como consecuencia de los confinamientos, la inversión hundida y los bajos precios mundiales de las materias primas.
La caída de México será de 7,5 por ciento, a causa de los bajos precios del petróleo, el endurecimiento de las condiciones financieras, el parón del turismo y las restricciones de movilidad.
En la tercera economía de la región, Argentina, aún sin coronavirus ya se preveía una caída de la producción, pero el pronóstico empeoró con la crisis sanitaria y se espera que su caída sea del 7,3 por ciento. En su caso, el BM habla de medidas rigurosas de mitigación de la pandemia, disminución de la demanda externa y los impactos de la incertidumbre relacionada con las negociaciones de la deuda.
(Lea además: Usuarios tienen 30 días más para diferir pagos de energía y gas)
En resumen, de acuerdo con la entidad internacional, los múltiples choques en la región originados por el coronavirus son los cierres abruptos de los negocios, el aislamiento y restricción a la movilidad, la caída de los precios de las materias primas, el endurecimiento de las condiciones financieras, la interrupción del turismo y el bajón de Estados Unidos y China, principales economías del mundo.
De acuerdo con el reporte del BM, el punto más bajo de la actividad económica de la región, consecuencia del covid-19, se está viviendo en el actual segundo trimestre del año, cuando están en los máximos niveles las medidas de mitigación.
La institución multilateral espera que una vez se normalicen las condiciones domésticas y globales, se presente una reactivación que, para el año entrante, permitirá un crecimiento económico de América Latina y el Caribe de 2,8 por ciento.
Entre tanto, el crecimiento mundial para el año entrante sería del 4,2 por ciento, y el de Colombia, de 3,6 por ciento.
Viento en contra
En la medida en que los efectos de la pandemia del covid-19 se han extendido por la región, las condiciones económicas de América Latina y el Caribe se han empeorado dramáticamente, advierte la institución.
El banco señala que, en la región, recientemente los brotes se han extendido rápidamente y los impactos económicos han sido abruptos y severos ante cierres a escalas nacionales de los negocios y restricciones de la movilidad.
Así mismo, la dura caída de precios de materias primas ha sido un viento en contra muy fuerte para gran parte de la región, especialmente productores de petróleo o de gas como Colombia.
En las principales economías de la región también se ha visto una dura retirada de capitales mientras que se han elevado las primas de riesgo que se exigen para invertir en bonos soberanos de estos países, lo que muestra el deterioro de las condiciones financieras.
Igualmente, Latinoamérica sintió el parón del crecimiento de Estados Unidos y de China. Estos fenómenos afectaron particularmente a México y Brasil, al interrumpir sus cadenas de suministro, y a Chile y Perú, al disminuir sus exportaciones de materias primas.
En el caso de los países centroamericanos, la contracción de la economía estadounidense se está sintiendo particularmente en el flujo de remesas a las familias.
Entre tanto, la interrupción en el negocio del turismo ha sido más nociva para economías como las de México y los países del Caribe, de acuerdo con el informe del Banco Mundial.
Reacción de los países
El informe del Banco Mundial hace un inventario de las medidas que se han tomado en el mundo para enfrentar la pandemia y destaca, en el caso de Latinoamérica, las provisiones de liquidez tomadas en materia de política monetaria, o las reducciones de las reservas exigidas a los bancos, así como los recortes en las tasas de interés, líneas de SWAP en dólares, intervenciones del mercado cambirio, y programas de compra de activos.
El BM también destaca que numerosos países han implementado programas de estímulo fiscal que incluyen asistencia social, apoyo para pequeñas empresas, gasto adicional para el sector salud, aplazamientos de fechas de impuestos o suspensión de pagos de créditos y de servicios públicos.
El banco advierte que el contagio en las mayores economías de la región podría tener el efecto de desbordarse. Así mismo, una segunda ola del virus en las economías avanzadas traería a Latinoamérica repercusiones negativas.
Adicionalmente, la extendida informalidad que hay en la región limitará los alcances de los programas de asistencia social que buscan mitigar el impacto de la emergencia.
Igualmente, la entidad de crédito y asistencia para el desarrollo subraya que los recientes progresos en disminución de la pobreza y la desigualdad podrían estar en riesgo. Los choques negativos en el ingreso podrían encender de nuevo la ola de protestas del año pasado.
El banco también apunta a que los sectores financieros de la región serán más vulnerables a la presión derivada del mayor endeudamiento de los gobiernos, lo que podría significar retos adicionales para el servicio de la deuda y aumento de tasas de interés en medio de la recuperación.
Entre tanto, los flujos de caja debilitados podrían deteriorar los balances de las empresas. Y la demanda de los consumidores por servicios de turismo, servicios personales y de entretenimiento podrían recuperarse lentamente aún después de que la epidemia termine.
La caída del crecimiento que debe afrontar Colombia
Colombia apuntaba a tener un notable crecimiento en el 2020, de 3,6 por ciento, de los mejores en la región de América Latina y el Caribe, según lo que estimaba el Banco Mundial en enero.
Sin embargo, la abrupta irrupción de la pandemia hace que ahora la misma institución calcule que la economía del país terminará cayendo 4,9 por ciento. Una reducción de 8,5 puntos porcentuales frente a lo que se creía antes.
De acuerdo con la institución multilateral, Colombia, junto con Ecuador y Bolivia, está altamente expuesto a la caída de los precios de petróleo y gas. Sin embargo, Colombia llegó con mayor ímpetu económico en los momentos previos a la pandemia, y mucho más espacio para decisiones de política.
El banco resalta que, junto a Chile, Colombia ha sido el primero en usar mecanismos de flexibilización cuantitativa tomados de las economías avanzadas.
3 preguntas a Mauricio Santamaría, presidente de Anif
Los diferentes pronósticos, como el del Banco Mundial, ven crecimiento el año entrante. Pero mirando trimestralmente, ¿ese repunte sería en el tercero o cuarto trimestre de este año, o solo en el 2021?
Nosotros estamos de acuerdo en que el repunte el año entrante será importante en Colombia y, en general, en el mundo. De hecho, en Anif creemos que el repunte puede empezar a darse en septiembre, de manera lenta. Todo esto, por supuesto, depende de que sigamos abriendo la economía de manera responsable y paulatina y de que el Gobierno siga inyectando liquidez en la medida de lo posible. Pero si nos vuelven a encerrar completamente, el asunto puede ser mucho más serio y generar daños que tomará años o décadas reconstruir.
¿Qué factores son los que impiden un mayor hundimiento de la producción en Colombia?
Varios. Primero, que Colombia es un país que todavía tiene confianza de los mercados externos, lo cual ha impedido daños mayores y ha permitido que la financiación se pueda conseguir. Segundo, una política fiscal en los últimos años más responsable que la mayoría de sus vecinos. Tercero, una economía que se venía recuperando bien. Cuarto, ningún desbalance estructural del sistema financiero que ponga en peligro el crédito o su estabilidad y, por último, un mejor manejo de la pandemia por parte del Gobierno Nacional.
Una vez llegue la recuperación, ¿qué tanto habrá que esperar para que se refleje en el empleo?
Depende de la duración de las medidas de aislamiento o de futuras cuarentenas. En eso hay que ser responsable. Si seguimos en un camino de apertura puede ser más corto (2 o 3 años), si no pueden llegar a ser 10 o más años, como ocurrió en la crisis de 1999.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS – EL TIEMPO
