En Colombia, miles de personas reciben llamadas y mensajes intimidantes por deudas que, en muchos casos, ya no tienen obligación legal de pagar. Sin embargo, el desconocimiento de las normas lleva a que ciudadanos terminen pagando obligaciones prescritas. El abogado Luis Felipe Pérez Jaramillo, docente de Areandina, explica cómo protegerse de estos cobros abusivos y cuáles son los derechos de los deudores.
La prescripción no elimina la deuda, pero impide que sea cobrada judicialmente. Los plazos varían según el tipo de obligación:
- Pagarés, letras de cambio y deudas laborales: 3 años.
- Préstamos entre particulares: 10 años.
- Deudas tributarias (DIAN): 5 años.
- Cuotas alimentarias y aportes a seguridad social: No prescriben.
“La deuda no desaparece automáticamente; el deudor debe solicitar el reconocimiento de la prescripción ante un juez o la entidad cobradora”, aclara Pérez Jaramillo.
Aunque la deuda siga vigente, la ley protege a los ciudadanos de prácticas abusivas. La Ley 2300 de 2023 (“Dejen de fregar”), junto con normas como el Estatuto del Consumidor, establece límites claros:
- Horario de contacto: Solo entre 7:00 a. m. y 7:00 p. m.
- Frecuencia máxima: 2 veces por semana (llamadas, mensajes o correos).
- Prohibición de amenazas o lenguaje intimidatorio.
Si los cobradores violan estas reglas, el afectado puede:
- Presentar una queja ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
- Demandar por vía judicial con ayuda de una entidad de protección al consumidor.
- Verifique la antigüedad de la deuda: Consulte con un abogado si aplica la prescripción.
- Exija pruebas documentales: Los cobradores deben demostrar que la deuda es válida.
- No firme acuerdos bajo presión: Podría reactivar el plazo de cobro.
- Algunas empresas de cobranza compran deudas prescritas a bajo costo para intimidar a los deudores y obtener pagos injustificados.
- La Ley 2300 también prohíbe a los cobradores contactar a familiares o empleadores del deudor sin autorización.
Si enfrenta cobros abusivos, no ignore sus derechos: asesórese y actúe. La ley está de su lado.