Se acercan las fiestas de fin de año y te estarás ya preguntando qué regalos harás a cada uno de tus seres queridos. Si bien es importante considerar también a amigos y compañeros de trabajo, es probable que tengas que establecer prioridades para no pasarte de tu presupuesto. Especialmente cuando estés evaluando hacer regalos costosos como gadgets u otros artículos de electrónica que pueden llegar a ser muy caros.
Este año no ha sido igual para todos a nivel económico y laboral. Incluso quienes han logrado sortear la crisis de la mejor manera buscan cuidarse con sus gastos ante la imprevisibilidad del futuro cercano. Para los más perjudicados, en cambio, afrontar compras costosas para hacer regalos de Navidad puede estar completamente fuera de su alcance en este momento.
Sin importar en cuál de estos grupos te encuentres, conseguir una fuente de financiación externa puede ser una solución útil. En este sentido, poder distribuir el coste de las compras navideñas a lo largo del resto del año representaría un alivio para tu bolsillo y amortiguaría el golpe a tus finanzas en el corto plazo.
¿Qué son las tarjetas de crédito?
Al igual que las tarjetas de débito, las de crédito son medios de pago que las entidades bancarias otorgan a sus clientes y están asociadas a sus cuentas. No obstante, las tarjetas de crédito deben ser solicitadas específicamente por los usuarios, que las reciben tras una evaluación crediticia. Esto se debe a que, mientras que con las tarjetas de débito los pagos se descuentan directamente del saldo de la cuenta, con las de crédito podemos gastar un dinero adicional que nos presta el banco, aplazando el pago o fraccionándolo en cuotas mensuales.
Las tarjetas de crédito cuentan con un importe que representa el tope de deuda que se puede tener con una entidad en un momento dado. Este saldo financiado depende exclusivamente de lo que la entidad decida otorgarte en relación con tus ingresos y antecedentes de crédito.
Usando estos instrumentos también es posible retirar dinero de cajeros automáticos, en forma de adelantos en efectivo que deben ser devueltos con intereses, pagar en cualquier comercio adherido e incluso financiar compras en el extranjero. Dependiendo del destino del que se trate, pueden aplicar cargos y comisiones adicionales al coste habitual.
Ventajas de las tarjetas de crédito
Como ya se ha mencionado, la ventaja fundamental de utilizar las mejores tarjetas de crédito es no solo poder realizar pagos tanto en negocios físicos como online de forma completamente segura, sino también el poder financiar dichas compras en cuotas mensuales. El crédito asociado a la tarjeta que te otorgan las entidades está vinculado a tu historial crediticio y tu nivel de ingresos. De esta forma, los bancos establecen un límite a tus gastos a crédito para evitar así que tengas problemas a la hora de devolver el dinero.
Como beneficios adicionales, las tarjetas de crédito suelen ofrecer descuentos para las compras en determinados comercios. Esto puede ser particularmente útil a la hora de elegir dónde comprar tus regalos, logrando así ahorrar el máximo posible. Además de los descuentos, a veces se incluyen promociones extra como una menor tasa de financiamiento o plazos de pago más largos.
Según la compañía con la que obtengas tu tarjeta de crédito, es posible que accedas a otros servicios no vinculados con los pagos que realices. Muchas entidades incluyen un seguro médico de viaje para el titular y su grupo familiar, que puede ser activado sin cargo al momento de viajar. Contar con la tranquilidad de la atención médica en el exterior es un seguro importante para los viajeros.
Por estas razones, las tarjetas de crédito pueden ser el instrumento financiero ideal para ti. Sin embargo, debes tener en cuenta que, como en el caso de todas las compras que se realizan a crédito, es vital gozar de la capacidad de pagar el importe dentro del plazo solicitado. De esta manera evitarás caer en un impago y sufrir costes adicionales como los intereses demora.
