El segundo trimestre de este año, que termina hoy, pasará a la historia como el peor de la economía colombiana”. Esta afirmación, que fue hecha por el propio Gobierno, a través del viceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño, deja en evidencia que el Ejecutivo tiene entre sus cálculos la idea de que lo peor en materia de cifras ya pasó. Aún así, el Fondo Monetario Internacional estima que la economía colombiana caerá este año 7,8%.
Lea: (Día sin IVA: ¿hasta qué punto es buen negocio pagar a crédito?)
La perspectiva está basada en los resultados del indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), elaborado por el Dane, y que en abril pasado arrojó una caída de 20,06%.
Para el Gobierno, este dato podría ser inferior en mayo (-15% como pronóstico) debido a que en ese mes fueron reabiertas algunas actividades productivas, y para junio de entre -7% y -8%, como resultado de la reactivación de casi el 91% de los sectores, con lo cual, el promedio del trimestre arrojaría una contracción del 14%.
Lea: (Colombia se acerca a los 100.000 casos confirmados de Coronavirus)
Este panorama desolador lo confirman los críticos resultados del resto de los indicadores económicos en abril, tales como el desempleo del 19,8%, la caída de las ventas del comercio (42,9%), el desplome de la actividad industrial (35,8%), el descenso de los precios y la producción petrolera, los bajos niveles de la confianza del consumidor (-41,3%), y las menores exportaciones e importaciones, así como una ocupación hotelera rondando el 6%, la reducción de la inflación (2,86% en los últimos 12 meses a mayo) y las tasas de interés del Banco de la República (2,75%), –y que desde hoy podrían bajar a 2,5%– reflejan el desplome de la capacidad adquisitiva de los hogares.
Lea: (Las nuevas medidas del Gobierno Nacional para los próximos Día sin IVA)
Además, el Dane revelará hoy la cifra de desempleo correspondiente a mayo.
Y ni qué decir del impacto social. Se estima que unos 5,4 millones de personas llevan tres meses o más sin trabajo y sin ingresos, aunque según Asofondos, solo medio millón de ellos hacen parte de los empleos formales perdidos, es decir, cotizantes a pensiones y cesantías, en tanto que 4,9 millones trabajaban en la informalidad o por cuenta propia.
Aunque el rezago estadístico no permite conocer con prontitud y certeza el efecto de la covid-19 en los indicadores nacionales de pobreza, algunos analistas creen que el país puede haber llegado ya al 65%, solo por el efecto de la pérdida de ingresos de millones de hogares debido a la parálisis de cerca del 60% de la vida productiva, entre el 24 de marzo y durante todo abril.
Por otra parte, en el más reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo, presentado por el Ministerio de Hacienda, se señala que bajo una elevada incertidumbre, para todo 2020 el pronóstico de crecimiento se revisó fuertemente a la baja, desde 3,7% (en febrero) hasta -5,5% para finales del año, “con la mayor contracción esperada en el segundo trimestre del año. Este nuevo escenario implica una reducción de aproximadamente 9,2 puntos porcentuales frente a las proyecciones de crecimiento iniciales, debido a la magnitud y naturaleza de los diferentes choques, tanto internos (por la implementación de medidas de confinamiento) como externos”.
LAS REACCIONES
A propósito de las proyecciones de crecimiento para el segundo semestre de este año, la directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, asegura que aunque “las medidas de contención de la emergencia han sido adecuadas para manejar el inmediato y corto plazo, la nueva realidad hace urgente que el país diseñe y ejecute un plan de reactivación a mediano y largo plazo que se base en la capacidad empresarial de generar desarrollo y empleo para sostener la economía”.
Según Lacouture, “no hay Gobierno que pueda sostener indefinidamente los programas de subsidios y se requiere de reformas que estimulen la generación de empleo y reglamentar, por ejemplo, el trabajo en casa, abordar los retos tributarios, fomentar la formalidad, fortalecer el turismo e impulsar el comercio exterior y la inversión extranjera desde países como EE. UU., que buscan proveeduría cercana y sin riesgos”.
Pero más allá de los resultados obtenidos por la economía en el segundo trimestre del año, el jefe de estudios económicos de la firma Credicorp, Daniel Velandia Ocampo, deja claro que sí es necesaria una reforma de gasto y, también, de impuestos. “Llevamos muchos años hablando de reformas estructurales que aumenten el recaudo en más de un punto del PIB y de una reforma para hacer más eficiente el gasto público”, manifestó Velandia.
Aunque el trimestre más malo de la historia parece quedar atrás, Velandia señala que es preocupante que el desempleo se quedará en niveles del 15% “lo cual es muy negativo”.
